En alguna oportunidad me referí a este tema y no considero que minimice el riesgo del tráfico de niños. ¿Quién soy yo para afirmar esto? Fui un bebé traficado. Nací, no sé cuándo ni dónde y la partera realizó el certificado de nacido vivo colocando los datos falsos y fui anotada en el Registro Civil de la Ciudad de Buenos Aires con los dos apellidos: Palma Arizaga. Dos apellidos que no me corresponden. No fundamenten la Ley con "minimizar el riesgo del tráfico", éste se combate de otra manera, lo que sí debería hacer el Estado es trabajar y actuar en la restitución de la verdadera Identidad de Origen de los 3 millones de argentinos que fuimos los bebés traficados, que no seguimos el marco legal de la adopción porque al nacer el Estado nos desprotegió y hoy tampoco nos facilita las búsquedas: "la información es privada". Es mi vida señores lo que busco, MI información, la que tendría si tuviese un expediente de adopción. El Estado tiene una deuda muy grande con nosotros y no es Dios para decirnos si podemos o no saber nuestro pasado. Negarnos la posibilidad de conocer nuestra historia es alienarnos como personas. ¿Y los Derechos Humanos?
Graciela Palma (ciudadana sin identidad) DNI 16.496.527
palmagraciela@gmail.com
sábado, 2 de febrero de 2008
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