COMÚN DENOMINADOR
LA MADRE DEL ODIO, LA ETA Y EL VALET DEL PSOE
Por Carlos Machado
Ella -entre unos pocos- es la que más disfruta de la libertad de expresión que en la Argentina no tienen ni los medios que no están comprados por el gobierno ni los simples caminantes donde no hay camino para ellos, ni pueden hacerlo al andar.
Ella se ha aprovechado tanto de la pleitesía que le rinde el kirchnerato en el poder, de todas las facilidades para acceder a la propia Casa Rosada o a cualquier ministerio, y ha alcanzado un grado tal de soberbia e impunidad, que la hacen exagerar la tremenda incontinencia verbal de la que padece desde hace años. Una incontinencia que da rápido paso a continuas incitaciones a la violencia.
Ella, en medio de su impunidad, no vacila en lanzar crudos insultos a quien centra como "enemigos", trátese del presidente de Colombia, de militares y policías o del propio Papa y la Iglesia.
Mientras tanto, no cesa de cantar loas a quienes la financian de manera tal que la han convertido en millonaria: el presidente venezolano Hugo Chávez, el matrimonio Kirchner, el terrorismo internacional de la ETA o el mandatario iraní Mahmoud Ahmadinejad, entre otros.
Hebe Pastor de Bonafini vivió especulando con la presunta desaparición de dos de sus hijos desde que fundó en 1977 la Asociación Madres de Plaza de Mayo. Al pasar el tiempo y viendo los escalones que subía tanto en los gobiernos democráticos de Argentina como en el contexto internacional, sus especulaciones cambiaron.
Comenzó a dejar algo de lado el tema de las desapariciones para volverse una adalid de las causas del alicaído marxismo y del socialismo con marca de fábrica en Venezuela propugnado por uno de sus mayores financistas.
Y como lógicamente debía existir una contraprestación, el dinero que le llegaba a raudales le aflojó aún más la boca y las actuaciones. Se constituyó, junto al payasesco piquetero y ex funcionario Luis D'Elía y a los líderes piqueteros más radicalizados, en la avanzada pro-chavista en la Argentina.
Intervino en la organización de los actos contra el presidente estadounidense George Bush en el 2005 en Mar del Plata, durante la Cumbre de Presidentes Americanos, y en el 2006 en Buenos Aires cuando el mandatario del Norte visitó el cercano Montevideo. Alternó esas figuraciones con ácidos insultos al fallecido Papa Juan Pablo II. Más recientemente, sus diatribas alcanzaron al presidente colombiano Alvaro Uribe, como un perfecto eco de las que a éste le viene lanzando su amigo Hugo Chávez.
Acto anti-Bush en Buenos Aires, junto a su amigo Hugo Chávez
Por algo ya en 1986 se separó de ella un importante grupo de Madres de Plaza de Mayo, cansadas del giro que iba tomando Hebe de Bonafini, y conformaron la "Línea Fundadora", asumiendo el verdadero rol para lo cual habían aparecido en escena y alejándose de la locura verborrágicamente violenta de su anterior compañera. Y de la adicción por el dinero que ella, en ese entonces, ya comenzaba a mostrar.
La última demostración en tal sentido ocurrió hace pocos días, cuando disgustada con el gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, encabezado por el derechista Mauricio Macri, porque no le liberaba una partida de alrededor de 1.000.000 de dólares ya asignada por la administración anterior "para la concreción de diversas obras", no tuvo mejor idea que instalarse con un grupo de "madres" de su línea en la propia Catedral de Buenos Aires, como acto de protesta.
La usurpación del recinto, en el cual Bonafini, decidida a quedarse allí todo lo que fuera necesario, instaló baños químicos detrás del altar, mereció el repudio de los católicos porteños pero ni una sola palabra, ni menos alguna acción, de parte del gobierno Kirchner o el ministro de Justicia y Seguridad Interior, Aníbal Fernández. Ni siquiera del gobernador de la Ciudad, que finalmente, a las doce horas de iniciada la particular protesta, liberó la partida de dinero que aguardaba la ansiosa Hebe.
Una verdadera madre del odio, que es subvencionada regularmente todos los meses por el matrimonio Kirchner, primero durante el gobierno de Néstor y ahora en el de Cristina; que se moviliza en un Audi último modelo conducido habitualmente por su apoderado, el abogado, parricida y ex presidiario Sergio Schoklender; que explota diversos negocios, desde el café instalado en la Universidad de las Madres de Plaza de Mayo -pomposa denominación para una supuesta "casa de estudios" no reconocida por el ministerio de Educación aunque igualmente sostenida por el Estado y los amigos extranjeros, en la que se imparten cursos que nada tienen que ver con los habituales de otras universidades-, hasta una calesita y puestos de venta de sándwiches de chorizo (los conocidos "choripanes") en la plaza ubicada frente al Congreso Nacional; que el 11 de septiembre de 2001 brindó con champagne celebrando el ataque a las Torres Gemelas, diciendo que allí murieron "sólo 4000 norteamericanos ricos"; que martillea permanentemente con sus apoyos a los grupos terroristas internacionales de diverso origen, entre ellos y en estos últimos tiempos a las Narco-FARC, socias de su amigo bolivariano; o que, como se dijo, transformó durante 12 horas a la Catedral de Buenos Aires en una letrina.
Esta es apenas una semblanza de Hebe de Bonafini, la locuaz octogenaria que se da el gusto de asentar sus voluminosas posaderas en los más altos despachos oficiales, donde es recibida sin audiencia previa en cuanto ella se lo propone.
En el balcón de la Casa Rosada Recibida por Cristina Kirchner
La "vasca" Hebe
Uno de los grupos terroristas que atraen las preferencias de Hebe de Bonafini es la banda separatista vasca ETA. Desde hace años, en sus numerosos viajes por el mundo en primera clase, la adinerada defensora de algunos derechos humanos ha visitado España y el País Vasco y ha llevado a cabo amistosos encuentros con líderes de esa organización, que además es otra de las que le suministra nada despreciables fondos.
Que para la ETA bien ganados se los tiene Hebe. Después de todo, ha hecho no pocos esfuerzos para influir en la liberación de etarras detenidos en la Argentina y Uruguay, y una vez logrados ha colocado a algunos de ellos en sus emprendimientos.
Un ejemplo emblemático de ello lo representa el caso de José María Lariz Iriondo, conocido como "Josu". Este etarra fugitivo residía en Uruguay y se casó allí con una ciudadana de ese país, hasta que en 2002 el gobierno conservador de Jorge Batlle lo expulsó. Se trasladó a la Argentina, donde fue inmediatamente detenido mientras se estudiaba el pedido de extradición que sobre él había emitido el juez español Baltasar Garzón, quien lo acusaba, entre otros delitos, de participar en la voladura de un vehículo policial en el País Vasco en 1984 que dejó dos heridos. En tanto, la Audiencia Nacional española tenía abiertas contra "Josu" dos causas, una por estragos y detención ilegal, y otra por tenencia ilícita de explosivos y armas.
Conocida la habitual parsimonia de la justicia argentina -como la de la mayoría de los países latinoamericanos- mientras los magistrados actuantes bostezaban junto a la Cancillería se iban sucediendo los agitados cambios políticos que sufrió el país entre fines del 2001 y mediados del 2003, o sea desde la caída del presidente Fernando De la Rúa, pasando por el brevísimo pantallazo de que se sucedieran cinco presidentes en diez días, hasta la gestión de Eduardo Alberto Duhalde y su cesión de la presidencia a Néstor Kirchner el 25 de mayo de 2003.
Y aquí es donde le llegó a José María Lariz Iriondo la libertad que había esperado, gracias a los buenos oficios de la amiga de la ETA, Hebe de Bonafini, y la rápida disposición y complacencia de Kirchner, su entonces canciller Rafael Bielsa, el secretario de Derechos Humanos, Eduardo Luis Duhalde -un abogado que en los años '70 estuvo ligado a organizaciones terroristas-, y otros miembros del entorno oficialista, quienes tiraron a la basura la solicitud de extradición del juez Garzón y le abrieron las puertas de la cárcel a "Josu".
El etarra, a quien también el nuevo gobierno uruguayo de Tabaré Vázquez le había cancelado sus causas, pudo volver a transitar entre sus dos nuevos hogares rioplatenses y dedicarse a su otra afición aparte de volar autos y policías: difundir sus conocimientos sobre los txipirones en su tinta y otros platos tradicionales de la cocina vasca dando clases al respecto. Fue así como, además de haber recuperado por un tiempo su puesto de cocinero en un conocido restaurante de comida vasca ubicado en el Parque Rodó, de Montevideo, consiguieron que dicte dicha cátedra en el municipio de Ituzaingó, en el oeste bonaerense, y en la "universidad" de las madres de Plaza de Mayo, lugar este último donde aún estaría haciéndolo.
La salida de la cárcel de "Josu" y su reinserción en la sociedad a través del arte culinario se debió entonces, como dijimos, a los pedidos de Hebe de Bonafini al ex presidente Néstor Kirchner, que siempre la recibió con "agenda abierta". Ahora, que en esa supuesta "universidad" se dicten cursos tan inocentes como cocina vasca es otro cantar.
Los etarras llaman a México, Uruguay, Argentina y Venezuela "las heladeras", ya que constituyen lugares donde refugiarse sin problemas, en especial luego de los atentados del 11 de marzo de 2004 en Madrid. El mote obedece obviamente a que en esos países, ya sean sus gobiernos u otros aliados, ponen a "enfriar" a los terroristas que deben, por razones de fuerza mayor, emigrar un tiempo y buscar "santuarios" lejos de sus zonas de actuación.
A la vez los "refrigerados" tienen incidencia de alguna manera en los lugares donde se refugian, ya que no sólo financian su estadía sino que ayudan a organizar movimientos políticos de ultra izquierda, a entrenar en diversas disciplinas a los ya existentes o a dar ciertos "cursos" a grupos radicalizados, movimientos "sociales", círculos bolivarianos, etc. Uno de esos antros en los que desarrollan su "profesorado" es precisamente la "universidad" de las Madres de Plaza de Mayo, de la que Hebe de Bonafini, que apenas si concluyó la escuela primaria, es la "rectora".
Quizás debido a tantos méritos es que la prestigiosa Universidad de Bologna, de Italia, acaba de otorgarle a Hebe un título "honoris causa", seguramente sin importarle demasiado las causas y los honores que ella acredita para ameritar ese lauro.
El título otorgado por la Universidad de Bologna, y Hebe con la toga sobre el pañuelo
Dicho sea de paso, en dicha "universidad" de las Madres tiene una cátedra el encargado de negocios iraní, Moshen Baharavand, desconociéndose hasta el momento en qué rubro ejerce su docencia, aunque podemos imaginarlo.
Cabe señalar que en el año 2000 algunos en España reaccionaron ante las públicas vinculaciones de Hebe de Bonafini con la ETA y los insultos que esta señora dirigió al país ibérico, al calificarlo -en un grosero error de puntería- como "Estado genocida".
Es así como el Cabildo de las Islas Canarias le canceló el subsidio que le venía otorgando, estimado en esa época, en que aún no se había instituido el euro como moneda común europea, en casi 20 millones de pesetas.
Por su parte, el entonces vicepresidente del gobierno, Mariano Rajoy -hoy candidato a presidirlo en las elecciones de marzo próximo- , afirmó que el Ejecutivo iba a estudiar qué medidas adoptar contra la presidenta de las Madres de Plaza de Mayo, Hebe de Bonafini, porque "lo que está haciendo es apología del terrorismo y una agresión injustificada al Estado español. Es evidente que lo que dice esta señora es delictivo, al asegurar que el Estado español es antidemocrático y hacer otra suerte de calificativos".
A su vez, frente a las opiniones de la Bonafini, la Asociación de Víctimas del Terrorismo, con sede en Madrid, declaró "no grata" a la organización que preside.
Mientras tanto, la millonaria Hebe continuó sin inmutarse con sus viajes por diversos países de América Latina y Europa pregonando su adhesión a cuanto grupo terrorista encuentra. Incluso, distintas páginas web que los promocionan suelen reproducir palabras de homenaje a esta "distinguida" visitante.
Creemos que sólo le falta visitar Irán, aunque seguramente en cualquier momento incluirá a la tierra de Mahmoud Ahmadinejad y los ayatollahs en su periplo.
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