De criollos y compadritos
“Mi Buenos Aires querido… mejor que no te vuelva a ver…”
Llego el "crucero del amor" a Buenos Aires.
Es un barco con spa, casino, cine y mucha diversión para unos 1.500 homosexuales de todo el mundo que ayer llegaron a Buenos Aires.
Un viaje de 10.000 dólares a bordo de un crucero gay
El barco "Infinity", de casi 300 metros de largo, llegó ayer a la ciudad de Buenos Aires con cerca de 1.500 pasajeros gays a bordo, luego de un crucero por las costas de Brasil y Uruguay.
El buque, fletado por la compañía estadounidense Atlantic, dispone de todo tipo de lujos, como spa, casino o cine, por los que los pasajeros pagaron entre 2.600 y 10.000 dólares por persona.
La travesía comenzó el 3 de febrero en Río de Janeiro, donde el "Infinity" estuvo amarrado durante los tres días del carnaval. Luego recaló en los puertos brasileños de Buizos, Parati, Santos, Portobelo y Florianópolis. Tras pasar por los puertos uruguayos de Punta del Este y Montevideo, llegó a la capital argentina, una de las ciudades latinoamericanas que más potencia el turismo homosexual en los últimos años.
Los pasajeros finalizaron la travesía en la ciudad de Buenos Aires, donde algunos permanecerán un par de días y luego visitarán centros turísticos de la Argentina, en tanto que otros regresarán por vía aérea a sus países de origen.
Si bien en el crucero viajan también familias y heterosexuales, el grueso del pasaje está integrado por homosexuales, la mitad parejas y la mitad solteros en busca de diversión.
Los cines del barco proyectan películas de temática homosexual, la música de la discoteca está adaptada a sus gustos, y junto con la tradicional información sobre los puertos de destino, los organizadores adjuntaron folletos con pistas sobre restaurantes, establecimientos y actividades de la "movida" homosexual.
Esta nave puede transportar 1.950 pasajeros, el 80 por ciento de sus cabinas son con vista al mar y el 74 por ciento de ellas tiene balcones. La operadora Atlantis Events Inc. es la empresa de los Estados Unidos que inauguró el concepto de cruceros para gays y lesbianas, y que reconoce que el 95 por ciento de sus clientes son hombres.
Algunos de los cientos de pasajeros del "Infinity" que ayer aguardaban pacientemente un taxi en la terminal de cruceros del puerto de Buenos Aires con cara de no haber dormido demasiado en estos días, presumieron de haberlo pasado "en grande".
El "crucero gay", que atraca en Buenos Aires desde hace tres años, reúne a personas -hombres en su inmensa mayoría- de 38 nacionalidades, sobre todo europeos y estadounidenses.
Tras culminar su travesía gay, el "Infinity" partirá en las próximas horas hacia el sur de Argentina con dos mil viajeros, esta vez con un pasaje "común", aunque está previsto que la próxima temporada vuelva al puerto de Buenos Aires cargado de homosexuales.
En los dos primeros años que llegó el crucero a Buenos Aires, los contingentes fueron de 700 personas, lo que significa que en la temporada 2007-2008 el número se duplicó.
Entre los servicios que ofrece a los pasajeros se destaca el AquaSpa, donde personal especializado brinda tratamientos hídricos y cosméticos; restaurantes gourmets y temáticos y una ambientación que evoca la opulencia de épocas pasadas.
Las actividades son permanentes de día y de noche, y entre los divertimentos se destaca la elección del "faraón", que tras ser ungido como tal pasa a ser una suerte de deidad para sus compañeros de viaje.
Además hay actividades lúdicas, cursos de canto y danzas, discotecas bailables, ceremonias de té, bailes de disfraces y las tradicionales "picaderas" de medianoche en las cubiertas.
Pero también hay debates sobre temas como la adopción de niños, la inseminación artificial, el alquiler de úteros y otros tópicos de interés para los gays que quieren ser padres.
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