UN PORTERO AQUÍ..OTRO MÁS ALLÁ...

Deseo reiterar conceptos por mi ya vertidos.
Los Administradores, cumplen la Ley a su gusto y beneficio, y todos sin excepcion, se consideran DUEÑOS de los consorcistas que les contrataron, olvidando que son SIMPLEMENTE empleados administrativos, responsables de la representatividad que se le asigna.
Deben velar por los intereses de sus empleadores, pero por lo comun hacen de compinches con los porteros a fin de que estos les hagan de escudo, frenando reclamos de propietario/os.
Los propietarios deben aprender a no discutir con los porteros y dirigirse directamente a sus administradores, exigiendoles el cumplimiento de tal o cual cosa.
Si no responden con responsabilidad, radicar la denuncia sin dilaciones en la Seccional Policial correspondiente, en la Comuna Zonal, en la Defensoria del Pueblo, en la SIGEN, y consulten con sus representantes legales.
Indefectiblemente se los debe hacer aterrizar, bajandolos de caballo blanco de San Martin al cual muchos se creen subidos.
Son simplemente EMPLEADO ADMINISTRATIVOS.
En todo consorcio debe existir una Comision Interna de Vivienda que ademas de verificar las dificultades de los PROPIETARIOS Y EL CUMPLIMIENTO DE SUS NECESIDADES REQUERIDAS cumpliendo con el mantenimiento edilicio.
Asi como verificar que la facturacion de gastos del mes, cumpla con las disposiciones legales de la AFIP.
Toda facturacion apocrifa que no responda a lo dispuesto por la AFIP, es RESPONSABILIDAD EXCLUSIVA DEL CONSORCIO y nunca del administrador/ra.
Los copropietarios consorcistas deben dejar la apatia y preocuparse mucho mas por el funcionamiento economico-financiero de su habitat.
En otro orden, se deberia peticionar anular la obligatoriedad de que debe existir "portero fijo" con vivienda -con mas luz, gas, telefono e impuestos y sin retribucion de alquiler-, a partir de "x" cantidad de departamentos habitables en el edificio.
Tal situacion encarece el costo de las expensas mensuales y la situacion economica que se vive, no da lugar para hacer beneficencia.
A consideracion.
Adolfo Zanger.