jueves, 18 de septiembre de 2008

OPOSITOR

¿CUAL ES EL PLAN?



Por Juan López Couselo (*)



Según el diccionario de la Real Academia Española , un Plan es el "Modelo sistemático de una actuación pública o privada, que se elabora anticipadamente para dirigirla y encauzarla". De la anterior definición, resulta ineludible preguntarnos hacia donde se dirige nuestro país, y por tanto, todos nosotros.



Mirando mas allá de las promesas electorales, las que raramente son cumplidas en Argentina, no deja de resultar preocupante la falta de previsión y planificación que aqueja a aquellos elegidos para marcar el rumbo de la nación.



Un gobierno eficiente, debería tener como principales preocupaciones los problemas más importantes que su pueblo identifica. En nuestro caso, la sociedad demanda mejoras en varios sectores, a saber: Seguridad, Economía, Educación y Salud, entre otros cuya importancia en la vida de la gente decrece en la medida que los primeros cuatro no estén completamente satisfechos o en la mira de estarlo.



Por ello, no es posible dejar de resaltar que en la actualidad no existe (o por lo menos no se conoce) ningún plan o política de largo plazo en relación a los males mas importantes que nos aquejan.



A la inseguridad creciente y latente, no se la combate, solo se la desprecia y se la considera una sensación. Refiriéndonos a la Economía , no alcanzarían unas pocas líneas para describir el modelo aplicado (palabra incorrectamente usada en nuestro caso ya que significa un arquetipo a imitar).



La realidad nos muestra que estamos cada vez mas aislados de la comunidad internacional, no por eso dejando de estar afectados por la coyuntura externa. El contexto en donde el viento de cola que hace años nos impulsó (y cuyo merito se adjudico nuestro gobierno), ahora parece estar cambiando de sentido, y que seguramente no faltarán funcionarios que lo hagan responsable de las turbulencias en nuestro futuro económico.



A la inflación, mal responsable de que todos seamos más pobres en términos adquisitivos cada día, se la combate en el Indec (modificando los números) y no en la realidad (desde un plan económico). Tampoco se conoce que se esta llevando a cabo para mejorar el sistema de salud o educación, e incluso se desconfía si algo se esta haciendo.



La capacidad de miles de personas en Ministerios de Economía, Seguridad, Educación y Salud, se ven desestimadas y desaprovechadas cuando el verticalismo ciego es la estructura estatal que predomina. En una situación como la actual, instituciones fuertes harían las veces de "lazarillos" que guíen al no vidente. Pero cuando el ciego a la vez es terco y desconfiado, y cree que su lazarillo intentará morderlo, las piedras en el camino se multiplican. Y cuando tropiece, el golpe habrá sido fuerte (y a su vez evitable).



A la ciudadanía deben explicaciones, que tristemente no consideran necesario dar. Mas lastimoso resulta que hayan sido capaces de encontrar la forma de callar a la justicia que debe exigirlas. Porque la justicia debería ser ciega y sorda, pero de ninguna forma muda.



(*) Crónica y Análisis publica el presente artículo de Juan López Couselo por gentileza de la Fundación Atlas 1853

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