jueves, 22 de enero de 2009

DISCURSO AGOTADO

Un discurso agotado

por Carlos Berro Madero

"La mala costumbre de hablar "a la humanidad" permanentemente, es la forma más sublime y, por lo tanto, más despreciable de la demagogia. Pretende ocultar el hecho de que quien quiera tener ideas, NECESITA ANTES DISPONERSE A QUERER LA VERDAD y aceptar las reglas de juego que ella imponga."
José Ortega y Gasset

Uno de los rasgos distintivos de la falsa izquierda "progresista" latinoamericana, es tratar de ocultar con un discurso dirigido "al resto del mundo", la verdadera raíz de su praxis esencialmente populista y antidemocrática.

Se presenta siempre cultivando un estilo declamatorio que recita como un calco un puñado de proposiciones, cuyas recetas jamás pone en práctica. Más aún, apenas accede al poder, comienza a coquetear desaprensivamente con quienes han creído en sus promesas y organiza un nuevo "sistema" que expulsa a todos aquellos que no aceptan someterse a sus disposiciones.

En el caso de los Kirchner, hemos visto la repetición de este viejo y conocido escenario. Su tiempo, no obstante, se va agotando prematuramente por diversas razones:

a) la sociedad les ha perdido la confianza por el cúmulo de sus desaciertos y su "magia" comienza a esfumarse;

b) sus otrora fanáticos militantes partidarios, comienzan a mirarlos críticamente de reojo y preparan la retirada;

c) los recursos económicos que disponían para seguir adelante su política de amigos y réprobos se están "secando";

d) el vértigo de una crisis mundial absolutamente inédita, comienza a golpear duramente su falta de ideas y previsiones.

Con ellos se instaló en nuestro país un régimen populista de las peores raíces: el de quienes no comprenden que el verdadero desafío de la modernidad es la reconciliación entre liberalismo y socialismo -como sostenía el ilustre escritor mexicano Octavio Paz-, tarea prioritaria de nuestro tiempo.

Su populismo ideológico les hace hablar "urbi et orbi" pregonando las bondades de una forma de concebir la política y la sociedad que ha tratado de ocultar su verdadera pretensión: centralizar el poder en ellos mismos; ser los árbitros supremos de toda concordancia.

Siempre hemos sostenido desde el comienzo de este ciclo, que existían defectos de base en el esquema de poder que se esbozaba y que éstos moraban "dentro" del espíritu de los Kirchner, en directa relación con sus propios fantasmas interiores.

Ambos pertenecen al tipo de personalidades que no quieren dar razones, ni tenerlas. Van más allá: ESTAN RESUELTOS EN TODO MOMENTO A IMPONER LAS SUYAS cualesquiera ellas sean. De allí su costumbre reiterada hasta el hartazgo de hablar "ex cátedra", rodeando sus discursos de solemnidades más propias de un escenario del "imperio" al que dicen combatir.

Este hecho ha convertido su política en una reivindicación de lo que Ortega denominaba "acción directa": una forma de invertir el orden, poniendo la fuerza por encima de las normas, de manera de suprimir todo intermediario entre la opinión de los ciudadanos y la imposición autoritaria.

"Civilización es, antes que nada, voluntad de convivencia. Se es incivil y bárbaro en la medida que no se cuente con los demás", apunta el filósofo español. Lo que ha ocurrido en realidad en el caso de nuestro actual gobierno, es que ha habido en él solamente voluntad de "connivencia".

Los Kirchner no van a cambiar. Debemos aceptar esta idea de una buena vez. Construyeron su carrera política de la misma manera y se granjearon el mismo tipo de antipatías en todos lados. Se asociaron siempre con las personas inadecuadas, ignoraron la excelencia como virtud y le tendieron la mano a mediocres "soldados" obsecuentes.

A tal punto, que cuando viajan a la provincia de Santa Cruz -donde iniciaron su carrera política-, deben hacerlo fuertemente custodiados para no recibir la hostilidad de sus habitantes.

Al mismo tiempo, consolidaron su poder económico asociándose con seudo empresarios poco escrupulosos que pasaron del llano a la opulencia en tiempo relámpago; porque aunque la justicia no ha actuado todavía, provoca asombro el nivel de las fortunas amasadas por quienes se han destacado por ayudarles con inédito servilismo a construir su poder personal, hoy en pleno desbarranque.

Lo que ha ocurrido es que se organizó una verdadera "hermandad" a espaldas de la ciudadanía.

Resulta pues imperioso un cambio de piloto y de estrategia para marchar en otra dirección.

El escenario actual sólo sabe de asfixia de la libertad; subsidios arbitrarios y "preferenciales"; "sorteo" de leyes en provecho de intereses particulares; indiferencia ante la creciente marginalidad de todo tipo y confrontación permanente con la ciudadanía. Amén de una multitud de etcéteras que tienen relación con una sublime e intencionada sordera para todo lo que no signifique la exaltación del propio ego.

Debemos comprender al mismo tiempo, que sólo nosotros hemos sido responsables de lo que nos ha ocurrido: en un estado de "éxtasis hedonista" hemos elegido a quienes hoy nos gobiernan.

Néstor y Cristina "incrustados" en lo más profundo de su personalidad -y muchos otros que los acompañan-, deberán emprender el "regreso a casa" para que la república renazca en su verdadero esplendor.

carlosberro@arnet.com.ar

Gentileza en exclusiva para NOTIAR

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