sábado, 30 de abril de 2011

DESCHAVE MARICA


EL GRAN DESCHAVE DE S. S.

Por Jorge Omar Alonso

La realidad argentina es un muestrario nefasto de ominosas sombras e incertidumbres.

Día a día se nos presenta ante nuestros ojos la decadencia tan brutal que carcome el tejido social.

Ningún estamento escapa a este desenfreno que va triturando el principio fundamental de orden y de eticidad.

Y cuando la podredumbre avanza sobre la majestad de la Justicia, es que el fracaso de las normas morales ya se hace sentir en un avanzado estado de descomposición.

Se ha visto a un juez de la Nación mostrándose en un video que ha recorrido el País, en actitudes impropias e indecorosas para el cargo que sustenta.

Si no fuera por la gravedad de la de tal actitud, podría verse como desopilante su despliegue histriónico, en ese espectáculo bochornoso que ofreció junto a un bailantero en un “cheek to cheek” y meneando su “colita” junto a unas jóvenes bailarinas.

Y algunos han de sonreír complacientemente, porque de todos modos también se concibe que la sociedad argentina, no apunte más allá de sí misma y de su mediocridad.-

Este magistrado funcional al poder de turno y que ya había sido salvado por el menemismo a consecuencia de un pedido de juicio político, por mantener dudosas relaciones con un tugurio conocido, es dado a la vida suntuosa con ribetes escatológicos impropios de su investidura.

Su Señoría ostenta todo un muestrario de hedonismo pregonado sin pudor y sin vergüenza.

Estamos los argentinos atravesando una etapa de nuestra historia en donde todo se ha visto y dicho, y consecuentemente todavía no hemos visto ni dicho todo.

Etapa de incertidumbres en la que parecemos sordos ante cuestiones esenciales como la ética y la moral.

La relación como término no existe, solo existe el poder.

Como sociedad estamos soportando este tipo de comportamiento en quienes deberían ser ejemplos de conducta ética.

Pero es evidente que junto con el derrumbe de las instituciones de la Nación, estamos también ante la destrucción de las normas morales que sirven como guías ejemplares, que nos señalan los resultados razonablemente previsibles, que nos han de conducir dentro de una comunidad.

Pero si se nos muestra el espectáculo bochornoso exhibido por personajes como este juez “fiestero”, qué podemos pedir al resto de de una sociedad que evidentemente da muestras de haber perdido la orientación en cuanto a valores.

Hay una realidad actual, una realidad que no ahorra detalles más o menos escabrosos, sobre la importancia del “look” en algunos hombres públicos y sus travesuras sexuales.

En Argentina el deschave ya ha ganado al conjunto de la vida social, ha traspuesto la vida privada y se ha extendido a la política y lo público.-

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