jueves, 28 de abril de 2011
PIRADO SUELTO
Entrevista al Comandante Ollanta Humala
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La novel periodista social-demócrata, Ulrike Baader de padre alemán y madre peruana, hizo una increíble entrevista en Berlín, Alemania a Ollanta Humala, el autodenominado “Gigante de los Andes”, meses previos a la campaña presidencial del 2011 en el Perú. Aquí la transcripción de la entrevista: Gespräche mit Anden-Führer, Berlin, Oktober 2010, 32-36.
(Nota: En la entrevista el político peruano hace uso de algunos barbarismos, a los mismos que se ha colocado, entre paréntesis, el significado en correcto idioma español.)
Ulrique Baader: Comandante, cuéntenos usted acerca de su formación personal.
Ollanta Humala: Ollanta Humala no es otra cosa más que un hombre de acción, no un tipo de esos especulativos, que se les pasea el alma mirando las musarañas. Como lo dije, Ollanta Humala actúa primero, la reflexión y el análisis vienen después. Y así es el comandante Ollanta Humala siempre, los otros al final dicen: “pasu machu”. ¿Usted entiende eso? ¿El “pasu machu”?
UB: Sí, más o menos, es un término muy andino, ¿no?
OH: En efecto, es la expresión del que se admira ante las proezas realizadas por otro. “Pasu machu”, qué grande, qué fuerte, qué valiente, qué audaz. Lo que hay que hacer en el Perú es restaurar la cultura del “pasu machu”. Que se nos admire, que se nos respete. Por eso Ollanta Humala primero es actuante, luego analítico y reflexionante (reflexivo), el análisis es para los políticos y para la prensa, que maquillan los hechos de los grandes hombres, Bolívar, Fidel Castro, Hugo Chávez, mi general Juan Velasco Alvarado, y por último, Fujimori en sus comienzos que defenestró de manera ejemplar al zanganismo (desidia) político, a los chupa sangres (vividores), a los “comechados”.
UB: ¿Qué quiere decir “comechado”? ¿Podría explicárnoslo?
OH: Comechado es eso, el que come echado, así como uno de esos árabes haraganes que viven tirados panza arriba y todo lo hacen echados. Por definición, el costeño es un “comechado”, todo sibarita y afeminado, que no sabe lo que es el hambre y el frío. Por eso es que propugno una renovación total del GEP (Glorioso Ejército Peruano). La instrucción tiene que regir el cuartel y se manifiesta en la disciplina, en el sacrificio. Nuestros soldados son valientes, pero lo que los malogra moralmente es el clima de la costa, es por el “pendejismo” (corrupción), la liviandad, los “pastrulos” (adictos a estupefacientes), todas esas cosas. Con esos males hay que acabar de raíz.
UB: Pero no nos ha contado acerca de su formación...
OH: Mi formación es algo que no termina. Nadie forma sin ser formado él mismo. Lo que le puede decir Ollanta Humala es que todo lo que sabe se lo debe a su padre, Isaac, que fue su único maestro, su único modelo, la única autoridad que conoce y reconoce. Mi padre nos enseñó la disciplina, nos enseñó la dureza. Le prohibió a nuestra madre que nos acariñase (acaricie) cuando niños, para que aprendiéramos a ser bien machos, bien firmes y constantes. El pensaba, ahora ya no tanto, porque con la edad uno se suaviza, él pensaba que si en las familias peruanas hubiera más disciplina, no seríamos tan “huevas tristes” (pusilánimes) de dejamos pisar por los chilenos. Es la verdad, señorita, Ollanta Humala piensa que los peruanos necesitan una “carajeada” (amonestación) bien dada, meterlos a todos sin excepción al cuartel, militarizar la familia.
UB: Pero en el Perú las familias son en su mayoría semi-familias, piense usted en el porcentaje altísimo de madres solteras que serían separadas de sus hijos.
OH: Ollanta Humala lo sabe, pero por eso mismo, hay que obligar a los hombres a reconocer a sus cachorros de inmediato, y a las mujeres, cinturón de castidad, carajo, hasta el matrimonio. Es un escándalo que ninguna llegue “pita” (célibe) al matrimonio, llegan con la mercadería estropeada o baboseada. Por eso es que el hombre se va. Mi madre les decía a mis hermanas: los hombres con las mañosas se divierten, con las decentes se casan.
Ulrike Baade: Pero eso significaría un control mayor en áreas íntimas, personales, restricciones.
OH: Esa es la traba de la Constitución y la sensiblería “politicosa” (política). Las cosas hay que hacerlas bien claras. Como fue en Esparta o en la misma Alemania de ese gran líder que fue Adolfo Hitler, si el Perú quiere la hegemonía, si el Perú quiere dejar de pisar huevos y dejar de navegar en la miseria, hay que ajustar la correa. No me gusta ponerme como modelo, pero mire usted nomás a mi familia, a fuerza de disciplina y esfuerzo en el curso de sólo diez años nos hemos levantado. Así es. Y es posible que el Perú de la misma manera se levante. Pero eso sólo es posible mediante la primacía del GEP (Ejército del Perú).
UB: ¿Pero lo que usted dice, no es algo que nos lleva a repetir la experiencia del nazismo de Alemania?
OH: El error de Adolfo Hitler fue confiarse demasiado en los burócratas de su partido. Si se hubiera compenetrado más con sus Fuerzas Armadas, hoy Alemania sería la mayor potencia del mundo. Hitler acabó con la mafia de los empresarios judíos que clavaron a Alemania una puñalada por la espalda en la Primera Guerra Mundial, acabó con la corrupción, con la locura parlamentaria y con el librepensamiento francmasón y cucufato. Hitler inauguró una nueva época en la historia de Alemania, y habría fundado un imperio de más de mil años si sus burócratas y diplomáticos amariconados y derrotistas no se lo llevan abajo, porque fue culpa de ellos todo eso. De esos políticos cobardes y comechados y también de los Estados Unidos, que le dieron con todo a Alemania. Esa devastación debilitó a Alemania en su potencia militar. Y es que Estados Unidos no permite que nadie se levante con dignidad. Mire si no a Cuba, ahí no más les quebró el espinazo. Son como cincuenta buitres acechando al cadáver. Y eso no es justo. Esa no fue la idea de Bolívar, que nos advirtió claramente, pero nosotros tenemos la culpa de ser las víctimas de la historia.
UB: Pero Bolívar se comportó de manera autoritaria en el Perú.
OH: ¿Y qué iba a hacer, señorita? Por un lado estaban los criollos que “jodían” (obstaculizaban) y querían permanecer con sus privilegios, por otro lado, una masa ignorante y pobrísima. Con eso no se puede hacer nada, por eso él quiso ordenar las cosas, como un nuevo Pachacútec (Emperador Inca), el quiso ordenar los Andes, pero no se lo permitieron. Ya desde esa época los ingleses se compraron a los ricos del Perú para que expulsaran a Bolívar, al que les dio la libertad.
UB: ¿Quiere usted decir que los peruanos son ingratos?
OH: Sí, ahora que usted lo dice, sí. No se acuerdan del que les dio la libertad, escupen en la mano que les da de comer. Si no, yo no me explicaría por qué hay tanta gente que quiere el libre mercado en el Perú. ¿Será porque son brutos? No, es que son rastreros, es que son comechados. Toda la costa del Perú es así, gente muelle, vagos, pastrulos, indefinidos sexualmente de tanto pollo inyectado con hormonas que comen.
UB: ¿Usted se definiría entonces como un político antisistema?
OH: No, Ollanta Humala no me define así nomás. Es difícil definirse. ¿Podría usted definirse? No, es difícil. Pero lo que sí puedo decir es que los criollos y mestizos de este país aun no han pagado por las felonías cometidas contra la población cobriza desde la conquista y hasta ahora mismo con la represión a los movimientos sociales. Ya una Comisión le echó tierrita al asunto, pero la verdad es que esa gente la va a pagar muy caro. Todo sale a flote, nos decía mi padre, y esa verdad se me ha quedado grabada en mi intelecto filosofal.
UB: ¿Está usted hablando de persecuciones étnicas en su país en pleno siglo XXI?
OH: Claro pues. ¿Qué cree que significa sino el etno-cacerismo, es lo que su mismo nombre indica: cacería étnica contra los traidores, comechados y homosexuales que tanto daño le han hecho a nuestra patria.
UB: ¿Pero si usted mismo ha sido acusado de violación de derechos humanos cuando era miembro de las Fuerzas Armadas de su país, durante el gobierno de Fujimori?
OH: Esa es otra cosa, Señorita, mire, yo no soy fujimorista, nunca lo he sido, si mal no recuerdo. Ollanta Humala sólo tenía amor por su tropa, y en esa época no le interesaba la política. Sólo quería saber si sus clases y subordinados tenían su rancho, si les daban franco o la propina era suficiente para sus necesidades inmediatas. Pero aun en medio de ese amor que consumía a Ollanta Humala por su tropa, me di cuenta de Fujimori: este hombre, es un hombre. Y lo único que yo lamentaba, era que Fujimori no fuera cobrizo, sino así como quien dice, un chino de cuarta. Pero por lo demás, bien hecho, carajo. Enderezó la economía, puso en vereda a los leguleyos, defendió al país contra el enemigo. Yo por eso, no soy su partidario, pero como hombre, lo respeto. Y todos los peruanos también debieran hacerlo, ¿o ya se han olvidado cómo quedó el Perú después del primer gobierno de Alan García? Una mierda, con perdón de la palabra, no había ni uniformes para la oficialidad, menos para el generalazgo, y eso no es posible, ni balas teníamos.
UB: ¿Odia usted al Presidente, Alan Garcia?
OH: No, señorita, Ollanta Humala no se define por odios o negaciones. Yo soy peruanófilo, yo soy Manco Capac, yo soy Tupac Amaru, yo soy “cuenta conmigo Perú”, cuenta conmigo. Pero si tanto insiste, se lo digo, lo que hizo el gobierno de Alan en sus dos gobiernos, con sus ministros de saqueo y latrocinio, Rómulo León Alegría, el tío George, Quimper, Garrido Lecca, toda esa gente, es razón suficiente para que les hagamos consejo de guerra y los fusilemos con familia y todo y hasta mascotas incluidas. Yo si alguna vez llego al poder por la vía democrática, o sin ella, será una de las primeras medidas que tomaré, como carácter simbólico: así terminan los rateros, carajo. Y para que la gente de mi gobierno sepa que yo no ando así como un “huevas tristes”, gallina que come huevo, aunque le quemes el pico, así que de una vez, de frente al paredón.
UB: Pero algo así se prestaría al abuso.
OH: No, porque allí estará Ollanta Humala vigilante, junto con su hermano Antauro, al cual indultaré apenas tome el poder y nombraré como mi Ministro de Interior.
UB: Eso significaría la disolución del Poder Judicial.
OH: Disolución, disolución, no. Lo que hay que hacer es poner las cosas en su sitio. Y eso va a través del duro cuestionamiento de la institución. Fíjese usted no más en lo efectivo que funciona un tribunal castrense, en un dos por tres un consejo de guerra, listo. Por gusto tenemos las cárceles llenas, los procesos demorándose una eternidad. Para cualquier criminal de bala y cuchillo, por violación o secuestro: la pena de muerte. Eso soluciona el asunto en tres meses. Y ya no tenemos el problema de mantener a tanto zángano malnacido en las cárceles. Una solución intermedia, para los condenados por delitos medianos, será trabajos forzados en las canteras de roca de nuestra serranía.
UB: ¿Esa no sería una forma subrepticia de introducir la esclavitud en el Perú?
OH: Usted dígame; ¿Quién es libre? “El trabajo os hará libres” (Arbeit macht frei); ¿No es lo que ponían sus parientes alemanes como cartel en la entrada de los campos de concentración en la época de Adolfo Hitler, esa también es mi divisa porque soy nacionalista y también socialista, es casi lo mismo pero andinizado.
UB: ¿O sea que quien afirma que usted quiere reinstalar el Imperio Incaico, no está lejos de la realidad?
OH: ¿Y por qué no? Está probado que los peruanos nunca han sido tan felices como antes de la llegada de Pizarro. Hay que reinstaurar el imperio del agro, y las leyes de nuestros antepasados: ama-sua, ama-yuya, ama-quella, no seas ladrón, no seas mentiroso, no seas pajero (onanista). Y quien atente contra estos principios, mano dura.
UB: ¿En el caso que estuviera en su poder decidirlo, el español seguiría siendo la lengua oficial del Perú?
OH: De ninguna manera. Será el quechua, para confundir al enemigo, para desinformarlo. Yo no recurriré a ningún parlamento, sino a un consejo de antiguos, de Yayas, extraídos de la realidad comunera del Ayllu, para que me asesoren en las decisiones que competen al Perú profundo.
UB: ¿Con sueldo asignado del Estado?
OH: ¿Usted qué cree, señorita? Ustedes, los occidentales, me hacen acordar al amariconado de Vargas Llosa, que todo lo ve Euro o Dólar. Usted piensa que ese Consejo de Yayas va a recibir un sueldazo en dólares ó euros? “manan” (negación en idioma quechua), señorita. Ellos con servir a la patria y sus hojitas de coca, contentos no más. Así es la cosa.
UB: Pero eso sería el retroceso económico a prácticamente una etapa pre-mercantilista, a una economía del trueque.
OH: Precisamente ése es uno de mis grandes objetivos, señorita. El dinero lo ensucia todo. Eso lo supieron bien los españoles, que adrede contaminaron la pureza de nuestra raza del Incario.
UB: Eso quiere decir que los grupos de poder económico tendrían los días contados...
OH: No. Se los expropiará, claro, para hacer justicia a los trabajadores y campesinos explotados durante siglos de siglos, en una especie de desagravio cultural, de revancha para apagar los resentimientos y rencores que tienen en vilo al Perú desde que es Perú. Pero su infraestructura productiva debe servirnos para aumentar el volumen de las exportaciones. Si el Perú quiere armarse, nadie le va a cambiar una cuadrilla caza-bombarderos por diez toneladas de cobre, ni de cocaína, tiene que ser con un pago en dólares contantes y sonantes. En la primera etapa de mi gobierno es necesario consolidar el ejército y la infraestructura bélica, instalación de radares, compra de aviones, modernización antiaérea total. Una vez que haya pasado esta etapa, que calculo entre cinco y diez años, viene lo que he decidido llamar la Reinstauración de los Cuatro Suyos. Por favor, no se confunda con la Marcha de los Cuatro Suyos, de organizó ese auquénido de Harvard traidor que ahora quiere gobernar de nuevo. La reinstauración de los cuatro suyos implica la recuperación del Collasuyo, que iba hasta Tucumán en Argentina y el río Maule en Chile, Bolivia incluida. Luego viene la reinstauración del Chinchaysuyo, que iba hasta el río Ancasmayo en el sur de la actual Colombia.
UB: Pero, ¿eso significa guerra contra casi todos los países sudamericanos? Además, ¿cree usted que el Brasil permanecería neutral ante tantas atrocidades.
OH: Se ve que usted no conoce casi nada de la historia, señorita. Vamos a hacer un tremendo “pachacuti” (revolución) en el continente de América del Sur, lo que se dice “tacu-tacu” (arreglo geopolítico). Un pacto de no agresión y un tratado de libre comercio suscrito entre el Imperio Quechua del Perú y la Federación do Brasil será el primer paso antes de la operación Collasuyo.
UB: ¿Y usted realmente cree que algo así es factible?
OH: Bolivia saludará el ingreso protector del Ejército Liberador Quechua y con el beneplácito del Presidente Hugo Chávez de Venezuela. Neutralizar Chile y Argentina es nuestro objetivo. Argentina ha demostrado ser inoperativa en los Andes. En lo que respecta a Chile, luego de una ola de atentados terroristas en Santiago, Valparaíso y Concepción, donde está su más grande central eléctrica, nuestro primer objetivo será recuperar el Apu Licáncabur (nevado al sur de Chile) para realizar ofrendas adeudadas. Solo la toma de Chuquicamata significaría la semiparalización de todo el aparato de producción de Chile. Y además liberaríamos al pueblo cautivo de los aymaras.
UB: Pero eso que usted nos describe casi se iguala a un escenario apocalíptico.
OH: En la cosmovisión andina, un apocalipsis precede a un nuevo renacer. Renacerá con brillo el Imperio del Tahuantinsuyo, firme y feliz por la fe del pueblo en su líder supremo, su Apu-Inca, su führer cobrizo.
UB: ¿Y en aspecto religioso que sucedería?
OH: Fusilar a todos los curas, incluidos los pastores evangélicos, fusilar a Cipriani, al chino Lay, a Rafael Rey, a Dionisio Romero y a todos sus secuaces.
UB: ¿Se da usted cuenta de lo que está diciendo? Esto ya no es ideología, sino puro totalitarismo. No se puede decidir sobra la vida y la muerte de sus semejantes así no más, eso atenta contra la dignidad humana.
OH: Señorita, perdone que le abra los ojos, pero así es la triste realidad. Los ricos atentan todo el tiempo contra la vida humana, y nadie se queja, porque son ricos, tienen lobby, la derecha siempre tiene plata. ¿No se ha preguntado por qué?
UB: Pero la plata no compra electores, en materia democrática.
OH: A Dios gracias, aunque con Dios o sin él, la derecha en América Latina ha firmado su condena a muerte, ya no tiene nada que buscar. Ningún candidato de derechas tiene perspectiva, lo digo yo, sin equivocarme y sin hacer alarde de ello. Eso es lo que ha probado el actual presidente del Perú, mire semejante ballena que nos está gobernando por segunda vez. Yo no creo que en estas próximas elecciones un derechista tenga alguna posibilidad, ni mucho menos que Castañeda ni Keiko Sofía. ¿Usted se imagina el chongo (desbarajuste) que sería una mujer gobernando un país de hombres? Es imposible. Una mujer, a mi juicio y por más hija de Fujimori que sea, debe quedarse en casa, traer hijos al mundo y cuidar de la familia. Es por su bien
UB: ¿Y que opina de la candidatura del escritor, Jaime Bayly?
OH: Ese pervertido es el típico resultado de la decadencia de la clase criolla de este país, no sabe lo ni lo que es, si mujer, si hombre, si ambas cosas, un día habla mal de su tío millonario, al otro día le pide perdón, todo ese amariconamiento es por que en su casa no supieron darle la disciplina necesaria. Con seguridad la mamá le escondía todas las chivaterías (debilidades) al papá y mire usted los resultados…
UB: ¿Pero él propugna por la apertura de derechos civiles y la mejora de la calidad de la educación?
OH: ¿De que derechos civiles estamos hablando? Pretende legalizar el matrimonio entre rosquetes (gente del mismo sexo). ¿Se imagina acaso un tremendo “zambrano” (afrodescendiente), llegando al altar en vestido de novia con cola y todo? Eso no lo permitiremos de ninguna forma en el sagrado territorio del Imperio Quechua del Perú.
UB: ¿Ha pensado en hacer ajusticiar también al señor Bayly?
OH: No, ajusticiarlo no, a pesar que mi hermano, Antauro le tiene su rencor, a él lo reeducaremos en un campo etnocacerista con una terapia a punta de patadas y trabajo viril en las canteras de la puna, alimentación sana y mucho alcanfor para que no lo tienten esos pensamientos contranaturales.
UB: ¿Comandante, tiene algo que agregar para concluir esta entrevista?
OH: Ollanta Humala sólo quiere decir para terminar que en estas próximas elecciones arrasaremos por la buena, ó por la mala y bajo mi comando, refundaremos la nación para darnos el sitial que nos corresponde, si eso va a costar sangre, sudor y lágrimas, bien pagada estará la ofrenda…
CECI
Julio Soto Angurel
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