miércoles, 20 de abril de 2011

LA CASA POR LA VENTANA


TIRANDO LA CASA POR LA VENTANA!.



Se vienen tiempos de bonanza, se vienen. La Señora parece dispuesta a tirar “lo que queda de la casa, por la ventana”. Después de todo, se supone que la casa es de todos, y la ventana solo se abre para repartir a diestra y siniestra, lo que finalmente “garparemos” los inclaudicables boludos de siempre…Ud., y yo, entre ellos. Pero acá no termina la cosa. De ser así, apenas repasaríamos una constante que se ha dado a lo largo y ancho de nuestra vapuleada historia. Le digo más…no solo acá no termina la cosa, sino que “recién empieza la cosa”. Dícese de “la cosa”, estímulo tangible tendiente a consolidar voluntades ya compradas, y por extensión, a la compra de voluntades que conforman el amplio espectro de los denominados “indecisos”, que no son otra cosa que mercenarios de la prebenda y la ventaja, en situación expectante. ¿Qué le parece ésta última definición?...¿la tenía?. ¡No la tenía!; mi fuerte no es el sentido común sino la originalidad. Por eso Ud. me lee aún contra su voluntad. Por eso Ud. me extraña, el día que no recibe la correspondiente primicia. Salvo muy pocas excepciones, Ud., no me conoce; jamás me ha visto y el tema poco y nada le interesa. ¡Y quédese bien tranqui!; lo suyo de ninguna manera me inquieta u ofende. Ud., es definitivamente propenso a que “nada le interese”. Y cuando digo nada, incluyo en el nada, a la Patria que lo parió, o si prefiere, vio a su madre parirle.

Y por ahí pasa justamente, el origen de la sensación de esos nueve de cada diez, que sostienen que es éste un Gobierno de mierda, con olor a mierda, y personajes de mierda. La sensación que les hace suponer que “de todas maneras”, la Señora ganará en primera vuelta. La pregunta sobre el motivo de la “sensación”, se la tiré la semana pasada, y no recibí siquiera una miserable respuesta, capaz de justificar la existencia de la sensación. ¡Pues ahí la tiene!. Ahora me pregunta donde la tiene. ¡Arriba!; ni en el cielo ni en el techo; simplemente en la parte superior del texto que lee sin entender.

¡Ocurre que habrá que aceptar que todos los hombres tienen su precio, y algunos evidentemente están en oferta!. ¿Comprende lo que le digo?. ¿No comprende porque me explico mal, o simplemente juega a hacerse el boludo?. Ya sabe que ante la menor posibilidad que me conceda, lo voy a agredir. Ya en su momento, también le di los motivos que me impulsan a hacerlo. ¡De ninguna manera espere se los reitere!. Si tiene el mal hábito de leerme deberá prestar más atención. Si no tiene el hábito, permita que le pregunte…¿y qué carajo hace ahora leyéndome?. ¿Tá aburrido, tá?. ¡Buen tema éste!; yo también estoy aburrido de la farsa y los farsantes; de ver como día tras día, una manga de sátrapas hijos de puta, “se violan” a la niña más linda del mundo de nombre Argentina, cuya latinización apareció en 1602, cuando Martín del Barco Centenera, miembro de la expedición de Juan Ortiz de Zárate, imitando a Ercilla con su La Araucana, publicó un largo poema de la historia del Río de la Plata, bajo el título de La Argentina.

Cambiando de tema, dicen las malas lenguas que el precio del pescado, se trate de lo que se trate, se fue al jocara, con motivo de las Pacuas a cuyas puertas estamos. ¡Que bueno sería que “naides” compre pescado, así, de manera espontánea, y deban metérselo en el culo con espinazo incluído. Después de todo, más ultraje del ya sufrido por el Cristianismo, imposible. De todas maneras, no le extrañe que hoy mismo aparezca La Señora haciendo uso y abuso de la cadena Nacional, haciéndonos saber lo “toraba” que ella pagó por un cargamento de langostinos proveniente de Santa Cruz y cuyo flete, como todos los fletes que no transportan pescado justamente, pagamos entre todos quienes vivimos ajustados a la imaginaria de un Derecho.

Ricardo Jorge Pareja

parejaricardo@hotmail.com

No hay comentarios: