© Jorge Burzaco Osinde
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En estos últimos días el marxismo-reformista, que nos gobierna, está intentando imponer mediáticamente varios conceptos: La idea de la renovación del Peronismo sobre la base de la “incorporación de distintas extracciones políticas, sociales y económicas…” Sic. Dip. Nac. Segarra – Agencia Nova; que no haría falta el llamado a elecciones internas porque existe el consenso para que así sea (Ibíd.); o que el Movimiento Nacional Justicialista pase a llamarse Movimiento Nacional y Popular Peronista. Sic. D’elía – AM América.
Como podemos apreciar están convencidos que “ya nos tienen en el horno” y posiblemente dicha creencia se afirma en el hecho de que no encuentran oposición. Está claro que nuestra dirigencia, que no lee a Perón ni por las tapas de sus libros, quedó en estado de: “No contesta…” Sin embargo, muchos Peronistas que nunca ocupamos puestos, sí estamos en condiciones de contestar: Las Doctrinas no se “renuevan”, se actualizan (de acto); se ponen en “movimiento”.
El Justicialismo es una Doctrina, la quinta en el mundo, luego del Marxismo; el Fascismo; el Nazismo y, guardando las distancias, de la más antigua, el Cristianismo. Dichos planteos surgen de la infiltración, neo-marxista sufrida por el Peronismo y, originada por Eduardo Duhalde, en el ignominioso Congreso de Lanús que presidió Manuel Quindimil; en donde se proscribió al Partido Justicialista con la complacencia de la Justicia.
Respecto a la inserción de extra partidarios en nuestras decisiones decía Perón el 21 de junio de 1973, un día después de su regreso a la Patria: “…Así como antes llamamos a nuestros compatriotas en “La Hora del Pueblo”, “El Frente Cívico de Liberación” y “El Frente Justicialista de Liberación”, para que mancomunando nuestros ideales y nuestros esfuerzos pudiéramos pujar por una Argentina mejor, el Justicialismo, que no ha sido nunca ni sectario ni excluyente, llama hoy a todos los argentinos, sin distinción de banderías, para que todos solidariamente nos pongamos en la perentoria tarea de la reconstrucción nacional, sin la cual estaremos todos perdidos”.
Obsérvese que hablaba de la inclusión en “Frentes” y siempre aclaró que el Peronismo era un Movimiento amplio donde se aceptaban todas las ideas, pero sin que nadie “sacase los pies del plato” (Sic. Perón).
Más claro, queda dentro del mismo mensaje, cuando dice: “…Los Peronistas tenemos que retornar a la conducción de nuestro Movimiento. Ponerlo en marcha y neutralizar a los que pretenden deformarlo desde abajo o desde arriba. Nosotros somos Justicialistas. Levantamos una bandera tan distante de uno como de otro de los imperialismos dominantes. No creo que haya un argentino que no sepa lo que ello significa. No hay nuevos rótulos que califiquen a nuestra Doctrina y a nuestra ideología: “Somos lo que Las Veinte Verdades dicen”. No es gritando la vida por Perón que se hace Patria, sino manteniendo el credo por el cual luchamos. Los viejos peronistas lo sabemos. Tampoco lo ignoran nuestros muchachos que levantan nuestras banderas revolucionarias. Los que pretextan lo inconfesable, aunque cubran sus falsos designios con gritos engañosos, o se empeñen en peleas descabelladas, no pueden engañar a nadie. Los que no comparten nuestras premisas, si se subordinan al veredicto de las urnas tienen un camino honesto que seguir en la lucha que ha de ser para el bien y la grandeza de la Patria, no para su desgracia”.
Bien sabido es que lo enfrentaron a Perón, y ayudaron al derrocamiento del Peronismo en 1975. Y vale la pena apreciar que Perón finalizaba su mensaje diciéndoles: “…Por eso, deseo advertir a los que tratan de infiltrarse en los estamentos populares o estatales, que por ese camino van mal. Así, aconsejo a todos ellos tomar el único camino genuinamente nacional: cumplir con nuestro deber de argentinos sin dobleces ni designios inconfesables”. La historia nos muestra que pagaron con sangre y dolor su terquedad. Pero la contumacia de la que nos hablaba Perón, es una característica de su ignorancia; y la reincidencia su karma.
Sin embargo conociéndolos, podemos asegurar que buscan otra cosa y lo devela aquello de que “no harían falta elecciones internas”.
Porque saben que no les permitiremos abrirlas, ni re-afiliar, dado que eso es lo que buscan para meter a los “mercenarios” de los que hablaba Perón; todos de extracción neo-marxista a los que financian con el incremento del déficit fiscal. Lo que, dicho de paso, nos está llevando, inexorablemente, a la inflación que requieren para devaluar nuevamente.
Si este no es el Plan Milton Friedman-Martínez de hoz es, que se le parece mucho. Devaluaciones a costa de refinanciaciones que han borrado nuestro signo monetario; y siguen…
El eje Inglaterra-Francia- España sabe como manejar los “negocios” en el Río de la Plata; y tiene a su presa y no la va a soltar.
Eso sí, inculpando como es costumbre a los Estados Unidos de Norte América, que ha servido de “chivo expiatorio”, siempre, sin chistar…
Argentina enfrenta el umbral de la disolución nacional, no verlo es cerrar los ojos a la realidad; y resignarse a enfrentar el porvenir viendo crecer las plantas sobre las cornisas, mientras los chicos se nos mueren de hambre parados sobre la proteína dólar.
© Jorge Burzaco Osinde
– Proyección Vecinal –
- Lanús -
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