jueves, 8 de mayo de 2008

LOS DISCOLOS

BAHÍA BLANCA (La Nueva Provincia).- El dato no es menor, por el momento que encierra: por primera vez en cinco años de gestión del kirchnerismo, varios mandatarios de extracción peronista, y otros que no lo son pero adhieren a la Casa Rosada, han dicho en los diarios lo que hasta ahora barruntaban en privado.

Fuentes de la Casa de Gobierno reconocieron que se realizó una convocatoria formal para hoy a los mandatarios más vinculados a la crisis que deviene del paro del campo y amenaza con saltar por los aires ante la negativa de las autoridades de sentarse a dialogar sobre las retenciones, como reclamaba la dirigencia rural, y no sólo sobre las medidas anunciadas para distender la escena.

Se sabe que el cordobés Juan Schiaretti y el chubutense Mario Das Neves, dos de los más duros críticos de la actuación del gobierno durante el largo paro agrario, han sido llamados a reuniones en la Casa Rosada y en el ministerio de Economía. La convocatoria, empero, abarcaría a otros mandatarios, como el de Entre Ríos, Sergio Uribarri, y al socialista santafesino Hermes Binner, por la decisiva influencia de su provincia en la agroindustria.
El caso de Daniel Scioli es especial. Hasta donde se sabe, también figura en la lista de convocados. Pero, rápido como el rayo, ha salido en las últimas horas a despegarse de la liga de colegas que se le animan a la Casa Rosada y reclama "respetar el mandato popular".

En suma, puede afirmarse que hay interés en lo más alto del poder por verse cara a cara con los gobernadores que en los últimos días desgranaron críticas a la política oficial.
No se trata sólo de una iniciativa de la Casa Rosada para confrontar a esos mandatarios. Desde el interior vendrían con una cada vez más afianzada idea de que el gobierno central debe mejorar ahora mismo la distribución de los ingresos que recauda la Nación, aun sin la existencia de una nueva ley de Coparticipación Federal.

El costado político propiamente dicho no estará ausente, ni mucho menos, en las reuniones que hoy podrían mantener los gobernadores con el jefe de Gabinete y el ministro de Economía, Carlos Fernández. Fuentes de la Casa Rosada no descartaron ayer que al menos algunos de esos mandatarios, como Schiaretti y Das Neves, los más desbocados en las últimas horas, deban pasar por las oficinas que Néstor Kirchner tiene en un dock de Puerto Madero.

"Si vienen, es para que los escuchemos. Acá no se le va a lavar la cabeza a nadie", se atajó uno de los operadores de la convocatoria a los gobernadores.

El clima que precede a esos encuentros no es el mejor. Se dice, por ejemplo, en pasillos oficiales que Carlos Alberto Reutemann --otro de quienes criticaron públicamente al gobierno de Cristina Fernández por el manejo del paro del campo-- tiene hoy más que una afinidad en su provincia con el gobierno de Binner, antes que con la política de la Casa Rosada.

Das Neves y Schiaretti parecen haber dado a su vez pasos muy estudiados que suponen doblar la apuesta a sus cuestionamientos anteriores, antes de encontrarse cara a cara con las autoridades nacionales. El chubutense reiteró anteanoche sus críticas al jefe de Gabinete. Y Schiaretti advirtió en Córdoba que, si lo obligan, recurrirá a la justicia para hacer valer los acuerdos de envíos de fondos y obras para su territorio, firmados con el Ministerio de Planificación antes de que decidiese patear el tablero.

Por si fuera poco, horas después, fue su ministro de Educación, Walter Grahovac, quien le reclamó a la Casa Rosada mayores porcentajes de la coparticipación federal para hacer frente a las "justas reclamaciones" salariales y poder tener mayor capacidad de gestión económica. No es un dato menor: se trata del hombre que plantó antes que nadie la bandera del kirchnerismo en la provincia y a quien se consideraba hasta ahora un "soldado" del ex presidente en territorio cordobés.

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