martes, 16 de septiembre de 2008

GRACIAS A MORALES

Afuera siempre es mejor. A los presidentes impulsores del retraso les gusta viajar y justificar en otras tierras lo que no pueden en las propias. Las fotos de los brindis y reuniones en palacios alfombrados vuelven a los países de origen ampliadas y retocadas por el milagroso Photoshop. Pese a ello, lo importante, la película, no cambia. En Santiago de Chile los presidentes de la recién nacida y balbuceante US del Sur defendieron oralmente la democracia y crearon una comisión que analizará los recuentes hechos de violencia que se produjeron en Bolivia. Tendrá tanta efectividad como todas las resoluciones de las Naciones Unidas con relación a Malvinas. Pero, ¿qué otra cosa podrían hacer? ¿Apoyar un golpe de Estado? ¿De qué golpe de Estado se habla? ¿Del que comenta Canal 7 y sus repetidoras privadas en todo el país?

Chile sirvió una vez más para que los socialistas revolucionarios bolivarianos se regodearan verbalmente intentando patearle el trasero a Estados Unidos. Los Kirchner, por su parte, bajaron los decibeles. Ya no están de arrumacos visibles con Chávez como para atacar a la derecha boliviana. Como lo hicieron con Uribe. Cosas del maletín bolivariano. Ahora hacen negocios con Brasil por la digitalización de la televisión a través de un sistema que no será norteamericano, ni europeo, ni japonés. Será nipón-brasileño, una extraña mezcla de Takayama con Ronaldinho. Rara. Bien argentina. Es posible que mañana, el dúo presidencial busque aliarse con alguna Guayana. Es que todo cambia, nada es permanente. Bien argentino.

La izquierda usó la tribuna chilena para acusar otra vez a los norteamericanos, a la derecha y a los medios de comunicación de querer provocar un golpe de Estado en Bolivia. Como aquí en el conflicto con el campo. El discurso fue idéntico al de la izquierda oficial local. Cualquiera de los dos presidentes, Kunkel o DElía podrían haberlos dicho. Faltaban las grandes banderas de los grupos villeros con sus guardias armados portando gruesos garrotes y Santiago se hubiera convertido por unas horas en Buenos Aires. Claro, los Carabineros no son la Policía Federal y allí el ministro de la Inseguridad argentina no ejerce jurisdicción. Por suerte para los chilenos.

La Casa Rosada debió anticipar los acontecimientos en Bolivia mucho antes que sucedieran, pero eso equivaldría a tener idea de lo que significan las Relaciones Exteriores para bien del país y no para servirse de ellas. Bolivia le debe a Argentina mucho más de lo que cuantifica e su negocio con Brasil. El Palacio San Martín debió exigir y presionar a la Paz para que envíe gas en mayor cantidad y a menor precio que el que paga San Pablo. Expulsando población en fácil gobernar un país. Son demasiados los bolivianos que se apiñan en las grandes ciudades argentinas. Pamplinas que la derecha argentina apoya a los Prefectos y quiere que caiga Morales. Si eso sucede se viene a Buenos Aires y forma un gobierno en el exilio con sus compatriotas porque… son tantos. Lo intentaron hacer los italianos hace más de ciento y pico de años. No pudieron. ¿Por qué? Es que estaba Roca. Julio Argentino, por supuesto.

Las cosas en casa no están bien. Se sabe. Una inflación pronosticada del 8% para el año que viene es broma. Pero si los incendios en unos pastizales del Delta enterriano y bonaerense son apagados por efecto de las lluvias y los de las sierras de Córdoba por la nieve, estamos ante un verdadero milagro y Dios se empecina en seguir siendo argentino.

Habrá que ver cómo se pagará a Paris con las reservas y es imprescindible que se den a conocer cuáles son las empresas que tomaron los créditos internacionales y si los pagaron, no vaya a suceder que el pueblo argentino esté soportando una nueva estatización de deuda privada. ¿Por eso reapareció Cavallo la semana que pasó?
SALINAS BOHIL
CORREO DE BUENOS AIRES

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