martes, 15 de enero de 2008

ENERGIA

Resultados de la política energética (II)

El impuestazo de fin y principios de año aún no ha hecho mella en los bolsillos de los habitantes del anexo chavista conocido con anterioridad como República Argentina. Lo mismo pasa en sus mentes, alucinadas por cuestiones irrelevantes que le impone el gran aparato de prensa estatal. Enero y febrero son dos larguísimos meses de vacaciones en los que, según datos del ministerio de Economía, en los primeros diez días del año, la tela usada en la confección de trajes de baño femeninos disminuyó un 17%, lo que provocó un descomunal aumento del 43% en el consumo de pantalla solar y cremas humectantes. Otro crecimiento a tasas chinas. De los platos, y en especial de quién pagará los rotos, son pocos los que se atreven a hablar.
Pero marzo será distinto, un poco más aunque no tanto para quienes conocen a los argentinos. Las madres se quejarán del aumento de los precios en los útiles escolares y la demanda se contraerá porque la mayoría de las familias suele tomar vacaciones a un ritmo imposible de sostener para una economía que basa su éxito en el consumo interno, cuando deberían volcarse todos los esfuerzos a la exportación en gran escala y a la obtención de nuevos mercados para la agroindustria.
El matrimonio Kirchner entró en su quinto año de reinado. Trasladó las condiciones políticas conocidas en su condado santacruceño al centro y norte de Argentina. No le ha ido mal. A su favor cuenta con una abultada billetera. Pero no hay que adulterar la realidad. Aparte de eso, no hay nada, absolutamente nada, sólo perdurar en el Gobierno y esperar que se presenten los problemas. Ya se sabe, la mitad de ellos no tienen solución y la otra mitad se corrigen solos, entonces, ¿por qué preocuparse?
Esta primera quincena de enero ha sido pródiga en distracciones varias para alejar la visión de la población de temas importantes. A siete meses de ganar la ciudad capital, el equipo que comanda Mauricio Macri no sabe cuántos empleados tiene la metrópoli y ha manejado política y jurídicamente de manera incorrecta una simple intervención a la obra social municipal; el máximo mandamás de la CGT, su par municipal y el del sindicato de los encargados de edificios han puesto el grito en el cielo por dicha intervención que hiere de gravedad las finanzas sindicales y sienta un peligroso precedente (para ellos); la ex ministra Miceli, ex "joven idealista" y actual contadora conchabada en la PyME Madres de Plaza de Mayo, salió a defender su prestigio y proclamó un vez su inocencia ante radios y televisoras por la aparición de una extraña bolsa con dinero que se encontró en el baño de su despacho y que provocó su despido cuando manejaba las finanzas de la Nación; se presentó con bombos y platillos la liberación de dos prisioneras colombianas por parte de las FARC que dio motivo una vez más, por derecha e izquierda, a publicitar la figura de Hugo Chávez; se mostró como nunca la cantidad de imprudencias en todo el país que suelen denominarse "accidentes de tránsito"; Luis D`Elía volvió a los primeros planos por haberse reunido con el jefe de Gabinete nacional con el que conversó acerca de una de sus especialidades: el uso de las tierras públicas; se habló y escribió hasta el cansancio de un posible cambio de 25 millones de lámparas eléctricas de alto por bajo consumo que hasta el día de hoy no se sabe cómo se implementará y una famosa modelo internacional desfiló en la Casa Rosada sin que interviniera Roberto Giordano.
De Skanska; de las valijas bolivarianas; de la toma a punta de pistola y con artefactos explosivos de un edificio público en La Plata por parte de delincuentes integrantes de "organizaciones libres", que al parecer mantienen una aceitada relación con miembros del entorno presidencial y que es posible anticipen hechos similares para el próximo invierno; de los cortes de rutas internacionales al Uruguay; de la instalación de una nueva fábrica de celulosa en ese país; de la desaparición del señor López; del extraño secuestro y posterior aparición del señor Geréz en la ciudad de Escobar -otro militante derecho y humano-; de los tres policías masacrados en la provincia de Buenos Aires, hecho del que ex guerrilleros-funcionarios-legisladores sindicaron como autores materiales e intelectuales a ex represores interesados en desestabilizar -una vez más- al Gobierno, de eso, en estas dos primeras semanas del año, de eso no se habló.
Si en invierno el Gobierno anoticia a la población que la falta de energía se debe a las bajas temperaturas reinantes, es lógico que por el mismo precio anuncie que en verano la culpa es de los calores. Ya lo anunció Al Gore: es el cambio climático y esas cosas, ¿viste? Pero ahora el problema es el consumo. Tarde y equivocadamente piaste porque además del consumo desaforado en todos los aspectos que hasta aquí alentó la Casa Rosada, el problema se debe a la falta de inversiones, las bajas tarifas, la ausencia de planeamiento estratégico en el sector y la responsabilidad de los funcionarios que deberían controlar a las empresas. Si no lo hacen, por algo será.
Hoy día se pretende que, para ahorrar energía, después de la apurada presentación de un plan de ahorro energético que incluye apurados cambios de hora, de lamparitas eléctricas e improvisaciones similares, los administradores gubernamentales y las empresas cuenten, a través del siempre oficialista sindicato de encargados de edificios de propiedad horizontal, con el número exacto de acondicionadores de aire instalados en cada edificio de las grandes ciudades. La respuesta de propietarios, inquilinos, abogados y hasta de los propios encargados no se hizo esperar. En una polémica estéril, todos y cada uno dijeron lo que tenían que decir: si la medida viola el derecho de propiedad y la relación contractual entre propietarios y trabajadores, si el sindicato puede y debe darle órdenes a un trabajador que no forma parte de su plantilla, si el conteo se hará en horas de descanso o si los propietarios deberán comprar generadores de electricidad en aquellos edificios repletos de aparatos que se han vendido en los últimos tiempos como el pan caliente.
Con las discusiones ganó el Gobierno un par de días más de respiro para poder amortiguar su inoperancia. Creemos que en realidad la medida trata de poner en evidencia un plan clasista que pondría en evidencia que la falta de energía se debe al uso de acondicionadores de aire por parte de la clase media y media alta. No se ha dado a conocer que se hayan producidos cortes de luz en las villas y barriadas populares, principales soportes electorales del kirchnerismo. Aunque es probable que algunos mínimos errores podrían haberse realizado en la catarata de cortes programados no reconocidos como tales. Si se produjeron fueron bien disimulados.

JUAN SALINAS BOHIL
CORREODEBUENOSAIRES.COM.AR

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