lunes, 19 de abril de 2010

ACORRALADO


AVANZA LA INVESTIGACIÓN SOBRE EL EX HOMBRE FUERTE DE CFK

Alberto Fernández acorralado por justicia y con Kirchner en contra


Por Guillermo Cherashny

La versión periodística de que Aníbal Fernández está detrás del procesamiento de Alberto Fernández en la justicia federal sería falsa. El quilmeño sería ajeno al tema y tampoco se lo habría pedido a su íntimo amigo, el Procurador del Tesoro, Joaquín da Rocha, que no tiene el estilo hablar con jueces para perseguir. El motivo de la segura concurrencia de Alberto F. a los tribunales se debe a que su socia, la abogada Marcela Losardo, fue la comisaria política del Ejecutivo en el Consejo de la Magistratura, desplazando a quien ocupaba ese lugar, el propio Da Rocha. Justamente, desde la Jefatura de Gabinete, Fernández operó ante CFK para que echaran a Da Rocha por no presionar a los jueces federales al estilo K. Aquel se negó a hacer el trabajo sucio y fue reemplazado entonces por Losardo, que era Secretario de Justicia de un ministro también poco afecto a apretar jueces, Alberto Iribarne.

Cuentas pendientes

La compra de Fernández-Losardo de una hectárea en el Calafate a 8 pesos el m2 -que recientemente le reprochara el otro Fernández- es apenas una anécdota. Fernández y su socio Claudio Moroni dirigieron entre los dos durante diez años la Superintendencia de Seguros. Desde allí hicieron la vista gorda ante las estafas y el vaciamiento multimillonario de varias compañías de seguros como LUA, de Claudio Cirigliano, y Omega, de los hermanos Fusito. Ambas se fusionaron después en La Porteña, cuyo dueño total es Cirigliano, ahora investigado por el juez federal Claudio Bonadío por pagarle viajes a Ricardo Jaime en jets alquilados a la empresa Mac Air Jet. Esta firma es propiedad de Mauricio Macri y la gerencian Luis Matioli y Roberto Colunga, que llegó a ser presidente de esa empresa gracias a su habilidad para conseguirle chicas a "don Franco". En cambio, Mateoli es sindicado por la legisladora y periodista Gabriela Cerruti como el hombre que puso el jefe de gobierno en el grupo Macri para evitar que su padre dilapidara la fortuna familiar con su pareja Nuria Quintela.

Volviendo a Fernández, su actuación en la Superintendencia de Seguros y su rol en la liquidación del INDER, el Instituto Nacional de Reaseguros -hoy llamado INDER Residual-, hizo que desde hace muchos años las compañías de seguros que operan en el mercado argentino deban reasegurarse en Londres. Esto le cuesta al país 500 millones de dólares todos por los años, gracias a la quiebra del INDER por la permisividad de Fernández-Moroni.

Al mismo tiempo, la causa de la denominada mafia de los medicamentos, donde está a punto de ser imputado o procesado la ex mano derecha de Alberto Fernández, Héctor Capaccioli, tuvo una novedad. El actual embajador en Chile y ex Ministro de Salud, Ginés González García, consultado por Perfil, dijo que el ANMAT, bajo su responsabilidad, hizo centenares de denuncias contra las droguerías truchas e indirectamente la acusó a su sucesora Graciela Ocaña de corrupta. También señaló la responsabilidad de ésta por no cumplir con el plan de genéricos y por desproteger a los jubilados al permitir que importantes fondos del PAMI pasaran a rentas generales. A su vez, Ocaña lanza sospechas sobre su antecesor. En general, los conocedores del mercado de los medicamentos consideran que las acusaciones de Ocaña carecen de toda seriedad. La nueva aliada de Margarita Stolbizer está evaluada como una denunciante crónica sin capacidad para desempeñarse en cargos de alto nivel. Su carrera se explicaría por la decisión de Alberto Fernández de colocarla al frente del PAMI para sabotear el plan de génicos de González García y beneficiar por el contrario a los grandes laboratorios nacionales y extranjeros. Tanto Fernández como Ocaña olvidaron su progresismo a la hora de favorecer a los grandes laboratorios.

En su última columna dominical en "Crítica de la Argentina", Fernández defiende a los doce periodistas de Clarín que aparecieron en carteles anónimos, una actitud horrenda que repudiamos. Pero, acto seguido, acusa a la señora de Noble de apropiadora. Una acusación totalmente injusta, porque ella no secuestró ni torturó a nadie y adoptó dos chicos que no sabía de dónde provenían, dándoles todo su amor durante más de 30.

Mafia de los medicamentos

En cuanto a la causa denominada la mafia de los medicamentos, hay una acusación genérica de lavado del fiscal de la Cámara de Casación Raúl Plee y otra del empresario Gabriel Brito, que señala directamente a Alberto Fernández y Héctor Cappacioli por asociación ilícta y lavado de dinero, que está siendo analizada por el juez Norberto Oyarbide. En esta causa los hechos son claros: Fernández era el jefe de campaña de CFK 2007 y a los periodistas les dijo que ni De Vido, ni Jaime, ni Moreno integrarían el gabinete de CFK y luego ocurrió todo lo contrario. Martín Lousteau, Débora Giorgi y Ocaña fueron sus piezas mayores en el gobierno. Como protegido de la Presidente, Alberto F. pensó que iba a manejar el gobierno y que finalmente lo mandaría a Kirchner a jugar a las bochas a Río Gallegos. El plan cosmético se puso así en marcha mediante una enorme campaña de prensa. Con el ex jefe de gabinete estaban los inteligentes, los honestos y los presentables para esta nueva etapa de aumento de calidad de la democracia kirchnerista. Atrás quedaban los feos, sucios y malos. Y sólo se salvaba uno de ellos: Aníbal Fernández. En la omnipotencia de suponer que sus planes eran un éxito, Fernández le ordenó a su íntimo amigo Héctor Cappacioli que les pidiera cheques a “perejiles” para cubrirlos con dinero negro y lavar así el origen impresentable de los fondos de campaña. Ahora, el panorama judicial del hombre que intentó desplazar a Néstor Kirchner es muy comprometido, quizás tanto o más que Jaime con su probable enriquecimiento ilícito.

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