APRIETOS Y APRIETES

Aprietos y aprietes de la nueva Casa Real sudaca

Por JUAN SALINAS BOHIL

Nada es lo que era antes del 28 de junio de 2009 para el matrimonio presidencial, ¿real? La elección de ese día y el resultado que se terminó de conocer en la madrugada siguiente dio comienzo a la lenta debacle del poder austral sobre la Argentina. No por ello llama la atención que ahora, después de casi cinco años de publicación ininterrumpida, CORREO DE BUENOS AIRES se muestre como una simple criatura de biberón al lado de la mayoría de los opositores de hoy que en los primeros años de mandato de la pareja solían alabar la marcha y la dirección de los acontecimientos. Cambia, todo cambia.

Es que aquí siempre se hablo de estos mandamases que hoy atracan al territorio como integrantes de una realeza, pedorra, de cabotaje, pero realeza al fin y no de fantasmagóricas figuras como república, democracia y federalismo, palabras y conceptos para enaltecer en la Suiza de Roger Federer o del Mundo Feliz de Aldus Huxley. Porque a ver si en esos lugares paradisíacos podría una nena usar el avión número uno como única pasajera para menesteres privados no una sino varias veces en viajes de idas y vueltas hasta el fin del mundo sin levantar polvareda como acá. A no ser que la adolescente realmente se mueva como integrante de una costosa familia real a la que hay que alimentar por siempre. Eso esperan ellos.

Es innegable la desesperación de la monarquía por hacerse de dinero fresco internacional que pueda financiar sus artilugios contables antes de acabar con los ahorros de los argentinos depositados en diversas reparticiones estatales. Pero los privilegios del Antiguo Régimen en el territorio bolivariano sureño han comenzado a ser acotados merced a ciertas votaciones adversas en la Asamblea Nacional de Papel debido a la actitud revolucionaria de algunos de sus representantes. No son muchos pero algo es algo. Las mismas han sido respaldadas por la actitud de jueces que han puesto en duda el Derecho Divino de los Reyes, basándose en escritos revolucionarios de Locke, Rousseau, Montesquieu y Hamilton.

El problema central está motivado por el cansancio de la burguesía debido a los grandes ingresos de la monarquía que se gastan sin ton ni son en la implementación de políticas malgastadoras del sudor de los campesinos, el alineamiento con otras Casas Reales de similar concepción (Venezuela, Ecuador, Bolivia y Cuba) y el activismo de fuerzas de choque como manera de amedrentar a los opositores.

Es evidente que la realeza, en su afán de conservación, amedrenta cada vez en mayor medida a los principales grupos de Poder de la comarca en aras de que desistan de lo que llama, sin mucho fundamento, "acciones destituyentes". Para ello, puede usar un día a su fiel gremio de los camioneros para bloquear plantas distribuidoras de CLARÍN o lo que venga en gana; al Controlador de Precio del Rabanito o a otro cachafaz como Luis D'Elía para similares acciones de guerra; a piqueteros, falsos intelectuales abiertos, crónicos "estudiantes" universitarios, "organizaciones sociales" y a las madres, abuelas, hijos, sobrinos y toda la parentela de los "Derechos Humanos Subsidiados" para presionar a la Corte Suprema y a los jueces; a los militantes disfrazados de periodistas del canal oficial que debería ser de todos los argentinos; o a un ministro todoterreno como el jefe de Gabinete, asustador profesional que suele, ante tanta ordinariez expedida por su boca, alejar sus puños a una distancia sideral de quienes han sido objetos de sus improperios.

Pero si hay algo que identifica a los kirchneristas de hoy en su defensa del modelo implantado es su falta de escrúpulos para vivir del erario, algunos, millonariamente bien. Y tener custodia estatal. A no confundir. Por eso tanta defensa de su monarquía que los alimenta, viste y hace viajar como pachás. Claro, mejor un súbdito rico que un demócrata, republicano y federalista pobre. Hoy engañan a pocos.


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