viernes, 9 de abril de 2010

LA REPÚBLICA.....


LA REPÚBLICA BASTARDEADA

Por Jorge Omar Alonso

Como informara el diario El Bolsón de Rio Negro, el presidente del Bloque Demócrata de Mendoza de la Cámara de Diputados Omar De Marchi, presentó un pedido de Juicio Político a la Presidente de la Nación, Kirchner, por la causal de "mal desempeño en el ejercicio de sus funciones", prevista en el artículo 53 de la Constitución Nacional, sosteniendo que la Presidente de ha arrogado funciones legislativa y judiciales. El pedido de Juicio Político, se sustenta en la decisión del PEN de dar creación al FODEAR (Fondo de desendeudamiento argentino), mediante un DNU.

Manifestó el mencionado legislador: "En el mismo momento en que la Presidente anunciaba la existencia de este nuevo decreto frente a las narices mismas del propio Parlamento, en bambalinas y en la más degradante clandestinidad, se consumaba la pueril maniobra de vaciar las Reservas del Central”.

Nuestra Constitución en el capítulo destinado a las funciones de la Cámara de Diputados en su artículo 53, establece que esta cámara ejerce el derecho de acusar ante el Senado al presidente, entre otros funcionarios de primer orden.

De la misma forma en los artículos 59 y 60 se consigna que es el Senado a quien le corresponde juzgar en juicio público a los acusados por la Cámara de Diputados.

De este modo el Congreso por medio de aquel ejerce la tarea de control institucional.

Fue Montesquieu en “Del espíritu de las leyes” quien había establecido los mecanismos de control del Estado a través de la constitución de tres clases de poderes: un poder legislativo, un poder ejecutivo de los asuntos que dependen del derecho de gentes y un poder ejecutivo de los que dependen los asuntos del derecho civil. A este último que también castiga a los delitos lo llamará luego poder judicial.

Había sentenciado que cuando el poder legislativo está unido en la misma persona al poder ejecutivo “no hay libertad”.

Agregando que: “siempre que los príncipes han querido hacerse déspotas, han empezado por reunir todas las magistraturas en su persona”.

Carl Schmitt en su “Teoría de la Constitución” cita a Kant en cuanto éste sostenía que todo Estado encierra tres poderes: “la voluntad general unida en personalidad triple como legislador, gobernante y juez”.

Solo un Estado con división de poderes sigue citando Schmitt a Kant, tiene la “única constitución jurídica”, es una “pura República”, porque solo puede ser introducido el señorío de la ley (en contraste con el señorío de los hombres y de la arbitrariedad), mediante la separación del que legisla y el que aplica la ley y el que administra justicia.

Nuestra República ha sido constante y puntualmente bastardeada por el régimen del kirchnerato, anulando a sus instituciones.

Se ha desconocido que la ley no es la voluntad de uno o de muchos hombres, sino una cosa general-racional; no “voluntas”, sino “ratio“(Schmitt).

Se ha avasallado a la ley fundamental y el gobierno, al adoptar el criterio de ningunear al Congreso haciendo mofa de su majestad como sucediera con la vil patraña presidencial en ocasión de la inauguración del actual período de sesiones, ha instaurado el despotismo de quienes se creen por sobre las leyes y el mandato del pueblo.

Si observamos el funcionamiento de nuestro Congreso entre la crispación y la parálisis al que lo somete el oficialismo y los errores de la oposición, no podemos hacernos ninguna ilusión sobre el futuro de la Nación. Nadie nos va a sacar de esta crisis, que ha de afectar a la democracia.

Como lo expresa Aníbal Perez-Liñan en “Juicio Político al Presidente y nueva inestabilidad política en América Latina”, se consideraba que los regímenes presidenciales ante un conflicto entre el Ejecutivo y el Legislativo, lejos de poder superar esas crisis al no poder hacerlos, habían creado condiciones favorables para las intervenciones militares.

No obstante se ha llegado a reconocer al juicio político como un instrumento institucional mediante el cual dice Perez-Liñan: “el Congreso puede remover al presidente sin alterar el proceso democrático”

Ante la situación por la que atravesamos, el juicio político será una salida incruenta y democrática.

La verdadera cara de la crisis la estamos comenzando a ver en un soterrado intento por cerrar el Congreso por parte del régimen, que es lo que se persigue a través de esta guerra entre el oficialismo y una oposición incapaz.-

(*) Crónica y Análisis publica el presente artículo de Jorge Omar Alonso por gentileza de su autor.

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