martes, 15 de enero de 2008

INTERROGANTE

¿CÓMO SERÁ ESTA VEZ?

Mi pasado como deportista me impidió imaginar las tragedias que ocurren en nuestro país. Sin embargo no vivía en una burbuja.
Cuando hace unos años comencé a estudiar derecho en la Universidad de Buenos Aires, mejor dicho en los restos de lo que era la Universidad de Buenos Aires, comprendí que el poder delegado en la autoridad que nos gobierna, tenía como condición ciertos valores entre los cuales no debían faltar la idoneidad, honestidad, capacidad, sabiduría, experiencia y por sobre todo la absoluta convicción en quién ejerciera la primera magistratura. Quien la ejerciera debía priorizar el bien común por sobre intereses personales.
Estos valores y condiciones han sido y son violados por nuestros gobernantes desde hace décadas y nosotros como pueblo hemos abdicado de exigirlas por una única condición: que el gobernante de turno mantuviera un supuesto éxito económico que como mucho, en el pasado, ha durado ocho años para derivar sistemáticamente en una crisis económica mayor donde los más perjudicados han sido siempre los que menos tienen. Simultáneamente los amigos del poder, en conocimiento de información que le era negada a los hombres y mujeres comunes, se acomodaron a la situación, sacaron ventaja, y se enriquecieron en forma desmedida.
La prueba contundente en la actualidad está a la vista. Tenemos un gobierno envuelto, quizá como ninguno, en casos de corrupción, que ha superado incluso al segundo período de Menem, quien fue reelegido por un pueblo al cual cada vez resultaba más fácil comprar.
Hoy enfrentamos bandas de inescrupulosos gobernantes, que nos someten a indignidades variadas, con ausencia creciente de las garantías constitucionales, garantías que son violadas sistemáticamente.
La Nación esta sumida en uno de sus momentos más degradantes y decadentes. Nuestra querida Argentina corre serios riesgos de caer en una anarquía total.
Tomemos en cuenta cualquier situación al azar y comprobaremos que la crisis nos invade en todos los niveles.
El escándalo en los aeropuertos, donde miles de personas no pueden tomar el avión que los llevará a destino, sin una explicación, hoy esta recorriendo el mundo entero. Cabe aquí la reflexión ¿quién querrá venir a la Argentina, a la vista de esta falta de respeto en el cumplimiento del contrato entre quienes compran y pagan los pasajes de avión y la empresa a cuyo cargo esta transportarlos?
La gente que venía en tren desde Mar del Plata que quedó varada varias horas en medio de la nada peligrando su seguridad, algunos dicen que los vasos de agua se vendían a 6 pesos, sin comida y lo peor sin que nadie le explicara el por qué.
La lucha del Jefe de Gobierno Porteño contra los delincuentes que cortan calles y rutas quienes redoblan su apuesta, amenazando con seguir coartando el derecho constitucional de circular libremente por el territorio de la Nación. Al parecer a esta altura y luego de que el poder central ha permitido esta conducta delictiva durante años, la misma se ha convertido en un derecho y el delito es detenerlos como ahora pretenden los fiscales porteños.
La prohibición de exportar fuel oíl y la presión mafiosa sobre las empresas petroleras para que bajen el precio del combustible, mientras nada se escucha sobre bajar la tasa del IVA o la eliminación del impuesto al cheque.
Qué se puede decir de los accidentes automovilísticos, 22 muertos por día. Una sociedad que prioriza el incumplimiento de la ley aún a costa de sacrificar vidas.
La corrupción y los funcionarios públicos que, enquistados en ella, aseguran que todo lo que se dice y constata es mentira. Los argumentos esgrimidos por funcionarios del gobierno, desde la presidenta y sus lazarillos, en contra de los Estados Unidos ante la aparición de una valija con 800000 dólares, traída por funcionarios pertenecientes al círculo íntimo del ex-presidente, son de novela, máxime cuando se acaba de confirmar que esos fondos tenían por destino la campaña presidencial del actual gobierno.
En las provincias ocurre lo mismo. En Tucumán, se comenta que el gobernador está vendiendo el patrimonio de esa provincia para reconvertir edificios históricos como el de Rentas y el del Banco Provincia en centros comerciales.
Recordemos cuando hace unos meses las elecciones para elegir al gobernador de Córdoba, mostraron una situación lamentable y patética.
Por dónde escarbemos encontraremos, decadencia y corrupción. Transparencia Internacional nos califica con 2,9 sobre un rango de 10 puntos.
Los amigos del poder son expertos en sostener cínicamente las mentiras que insisten en instalar. La caradurez de algunos ministros que incluso hoy niegan la crisis energética, da lástima, hasta la presidenta reconoció la magnitud de esta crisis, sorprendiendo a quienes nunca la hubiéramos imaginado en ese papel.
¿"Dedito Índice Levantado" reconociendo algo de todo lo malo que ha hecho su consorte? Quien diría...
Días atrás, en el barrio de Belgrano, presencié cuando una persona tomaba el agua que corría por la calle.
Obviamente que hay gente que consume y que ve incrementado su poder adquisitivo. En la Argentina sucede siempre lo mismo, los que acrecientan su poder adquisitivo son los que más tienen, los que se acomodan al paradigma económico del gobierno de turno. En los 90 fueron unos, ahora son otros, hasta podemos ver que los acomodados de antes lo son también ahora. Los que nunca se acomodan son los más pobres, eternos excluidos del sistema.
Mientras los años transcurren, dejamos pasar oportunidades, fabricamos más indigencia, ignorancia y corrupción mediante la aplicación de planes vetustos que han fracasado en todo el mundo.
Hemos llegado a un estadío donde la ciudadanía en su gran mayoría no comprende ni puede saber hacia donde nos lleva este grupo de políticos, arraigados al poder, como el yuyito en la hiedra.
¿Como será esta vez la crisis?, ¿cuándo estallará?, ¿cuántas víctimas producirá?, ¿seremos capaces de reconstruir tanto disparate, ineptitud, desatino, analfabetismo, inseguridad, corrupción?, ¿alguien confiará en la Argentina para invertir? ¿Con que incentivo, teniendo a la vista políticos ricos y una población cada vez más empobrecida y sin educación?.
El camino esta en volver a la República, poniendo un orden de prioridades, armonizando los intereses individuales, motor del progreso, con la asistencia educativa y alimenticia donde haga falta. Es imperioso controlar, participar y pedir explicaciones a los funcionarios de lo que hacen y no hacen. A ellos les delegamos el poder, con la condición de que mantengan el respeto por las instituciones, la honestidad en su gestión y la competencia necesaria para administrar con transparencia las responsabilidades a su cargo priorizando el bien común y no los intereses personales.
Esto sólo será posible si volvemos a los principios de la constitución alberdiana de 1853, de lo contrario nada cambiará.


Alejandro Olmedo Zumarán

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