jueves, 15 de abril de 2010

PISTOLITA CONTROLA


Moreno controla

por Elena Valero Narváez
evaleronarvaez@hotmail.com

".no hay mas que dos maneras para establecer el precio de los bienes: Uno es el camino del mercado libre. En esta situación, los intercambios se realizan en términos de beneficios para todos los que intercambian. El otro camino está en la intervención violenta en el mercado (.) significa la exclusión de los intercambios libres y la institución de la explotación del hombre por el hombre; ya que hay explotación siempre que se efectúa un intercambio sujeto a coerción" (Murray N. Rothbard)

Crece el gasto financiado con misión monetaria espuria y, como todos sabemos, seguirá creciendo en un año electoral. No alcanzan los datos mentirosos del INDEC, para que los funcionarios del gobierno puedan brindar una explicación algo creíble del aumento de precios.

El Secretario de Comercio, Guillermo Moreno, comenzó las reuniones con representantes de grupos de insumos para la construcción, con el objeto de reclamarles que no los suban. Es el comienzo de una tarea basada en la coacción de la que Moreno es experto.

Esta medida evidentemente dirigida por Néstor Kirchner muestra que no se combatirán las causas de la inflación sino que se atacarán, solamente, sus efectos.

El control de precios será la política que implementará el gobierno aunque siglos de historia haya demostrado que siempre fracasa. En Argentina, la ley de alquileres del gobierno de Yrigoyen, buscando evitar subas en los precios de alquiler, marca el comienzo de una política que fue repetitiva en nuestro país.

Aunque la constitución argentina prohíbe que se alteren con reglamentaciones y leyes los principios, derechos y garantías reconocidos en su texto, el gobierno actual, recurre a este método para detener la inflación sin que la Corte Suprema ponga ninguna traba.

Las gestiones que hace y hará Moreno por los índices de precios que escapan a su control no darán el resultado esperado: bajar la inflación. El gobierno en vez de controlar los precios debiera controlar el gasto público para dejar de herir de muerte a los sectores productivos. También, abandonar las prácticas dictatoriales que ejerce a través del funcionario y, dando una vuelta de tuerca, eliminar el déficit fiscal y la expansión monetaria. La manera de hallar solución a la inflación es liberar la capacidad productiva de los empresarios argentinos y reducir considerablemente el gasto público para que no sea superior a los ingresos genuinos. Los subsidios y préstamos del sector público al sector privado, -33.300 millones de pesos, el año pasado- no es la manera de reactivar la economía.

Eliminar los obstáculos que les impide competir, producir, y exportar, es lo que necesitan las empresas para crecer. Una respuesta a la agudización de la pobreza no es el control de precios sino el respeto a las leyes económicas y al dinamismo creador de riqueza del libre mercado.

La competencia asegura la formación de los precios mucho mejor que la imposición de un secretario de comercio.

Como nos enseñó Juan Bautista Alberdi, las libertades individuales con las que el hombre ha creado su propia grandeza personal es el factor de la grandeza de las naciones grandes y libres.

El gobierno kirchnerista ha pretendido-con bastante éxito- reemplazar la economía de mercado por la planificación económica disminuyendo día a día, con más y más reglamentaciones y decisiones autoritarias, la libertad de las personas.

El mecanismo del mercado donde operan oferentes y compradores es lo que determina las preferencias de la gente por eso el éxito de toda empresa depende del mercado, no de las decisiones autoritarias del gobierno.

Vemos con preocupación como la capacidad de las empresas de generar riqueza está siendo seriamente menoscabada como resultado de la falta de inversión en tecnología y al achicamiento del mercado.

La libre información que el gobierna escamotea interviniendo autoritariamente en la economía no permite que los precios se fijen según la elección de millones de personas. Es por eso que Moreno extenderá la coacción a sectores de la leche, la alimentación y la carne. Los empresarios comienzan a temblar porque no solamente se les prohibirá aumentar sino que se verán presionados por las demandas de aumento de salarios. Y nadie podrá quejarse: el gobierno ha decretado que de inflación no se habla.

Elena Valero Narváez. Autora de "El Crepúsculo Argentino" Lumiere. 2006

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