domingo, 18 de abril de 2010

LAS PALOMAS


DE VIDO, PAMPURO, SCIOLI, FELLNER: LOS QUE QUIEREN NEGOCIAR Y NO LOS DEJAN

Los hechos les dan la razón a las palomas del Gobierno


Por Carlos Tórtora

El Ministro de Planificación Julio De Vido habría sido el primero en advertirle a Néstor Kirchner que la guerra con el grupo Clarín podía tener más costos que beneficios y que era dudoso que el gobierno pudiera salirse fácilmente con la suya. A casi seis meses de sancionada la ley de medios, los hechos parecen darle la razón. La aplicación de la ley está suspendida por el fallo de la Cámara Federal de Mendoza y en la Casa Rosada temen que la Corte haga lo imposible por dilatar una definición.

Otra de las palomas del kirchnerismo, el Vicepresidente Provisional del Senado, Juan José Pampuro, envió señales de alerta acerca de que si los Kirchner no flexibilizaban su trato autoritario con los senadores del propio oficialismo, tarde o temprano empezarían las fisuras. En otras palabras, que era necesario empezar a hacer concesiones para mantener el bloque unido y evitar que afloraran las disidencias. Los consejos de Pampuro -de elemental sentido común- fueron interpretados como señales de traición. La sorpresa dada por Adriana Bortolozzi en la sesión del miércoles pasado demostró que las palomas tenían razón.

Por último, Daniel Scioli, a su manera, también viene insinuando que falta diálogo entre Olivos y la dirigencia bonaerense, que ya dio señales de rebeldía en diciembre pasado, cuando los senadores le dieron media sanción a la reforma política local, dejando abierta la puerta para desdoblar las elecciones provinciales de las nacionales. El grave problema de salud de Alberto Balestrini lo priva ahora al kirchnerismo de su primer operador territorial e instala el desorden en un espacio político donde valen los caudillismos locales más que las líneas políticas. Más identificado con las posturas de los ultras como Carlos Kunkel, Mario Ishi y Julio Pereira, Kirchner no hizo grandes cambios. Ahora hay un lento pero firme trasvasamiento de dirigentes kirchneristas de segunda y tercera línea hacia las filas de Francisco De Narváez y también, en alguna medida, de Duhalde. Este traspaso silencioso podría ser el comienzo del vaciamiento del Frente para la Victoria.

¿Es posible que cambien?

Una versión señala que Kirchner le habría confiado a De Vido la misión de tender puentes para una negociación con Clarín. También se habla de que, después de lo sucedido con la votación del impuesto al cheque, la cotización de Pampuro en la Casa Rosada subió considerablemente. Sin embargo, el hecho de que la realidad les dé la razón a las palomas no parece influir demasiado en la línea política oficial. La idea de negociar sin confrontación sigue siendo extraña y peligrosa para el matrimonio presidencial. El próximo round en Diputados marcará el cambio o continuidad en la tendencia. La decena de diputados kirchneristas que se ausentaron la semana pasada en la sesión especial son la incógnita. Agustín Rossi es un halcón declarado, dispuesto a seguir el juego como está armado. Pero Eduardo Fellner es una paloma, que pretende salvar las apariencias y no quedar como un delegado manipulado a control remoto. Si hay una fuga significativa en el bloque de diputados del Frente para la Victoria, nuevamente la realidad les estaría dando la razón a las palomas. Lo que no quiere decir que los Kirchner registren el dato.

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