viernes, 11 de enero de 2008

HACER JUSTICIA

“Hacer justicia en la Argentina es fácil; lo difícil es ejercer el derecho”El poder judicial en la Argentina es un tembladeral. Coexisten en su “actividad” innumerables condicionamientos impuestos por la Corporación Política en el Poder Publico. Si bien la renovación generacional reemplaza a sus integrantes, la inmunidad conferida a los magistrados les confieren, a sabiendas, una total impunidad y la letanía de la frase “hay jueces buenos y malos”, encubre cínica e hipócritamente que los “buenos” en realidad no desisten de la impunidad que les permite la inmunidad; en síntesis sería como que quienes integran un sistema corrupto y genocida se coloque en la posición de diferenciarse de los “malos”: más claro, como si en la Alemania nazi se adjudicaran “algunos” ser buenos nazis.La intención no es una elaboración ética y menos un desarrollo del conocimiento del derecho, simplemente un estimulo de que el derecho debe tomar, quizá, su última energía en la convicción firme del derecho, declarándose en contra de la indigna tolerancia hacia la injusticia por comodidad o indolencia, y corregir perniciosas y vulgares corrupciones.Nos referiremos en esta nota y subsiguientes, a cuestiones que en éste tiempo interesen a la nueva política, ajena a las luchas de los partidos de la Corporación Política en el Poder Publico.La Corporación Política en el Poder Publico, que se titula como representante de la ciudadanía para la aplicación del derecho en realidad lo desnaturalizan por la forma abstracta y corrupta de entender la idea jurídica en las instituciones que viene desde lejos. Desnaturalizació n de resoluciones básicamente fundamentadas en sofismas inventados por los magistrados corruptos y perezosos. Resoluciones huecas y aparentes que toman argumentos desencajados y de donde pueden, en un contagioso formalismo no extraño en esta laceria, que padecemos las ciudadanas y ciudadanos.Poder judicial que engendra un mal detrás de otro, generado por los magistrados “apóstoles” de esta metodología corrupta que inmoviliza el derecho, hipócritas disfrazados que se inspiran por el progresismo como poseedores de ideas modernas pero en calidad de enfermizos que con sus influencias bastardeán el concepto del derecho.
8-1-2008
Buenos AiresArgentina
Ing. Osvaldo V. Buscaya

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