domingo, 12 de septiembre de 2010

EL FELPUDO


Pusilánimes y mentekatos


Por Enrique A. Piragini*
para el Informador Público

Nunca pudo dudarse que Daniel Scioli era el felpudo del matrimonio cleptómano que nos gobierna, pero en las últimas horas quedó patentizado de tal manera que nadie, por más inadvertido, podría ignorarlo.

Cuando el presidente de facto Néstor K le exige al pusilánime Gobernador bonaerense que diga quién le ata las manos (más allá del triste chascarrillo de su condición de manco, que tanto le impide tener las manos atadas, como limpias o meter las manos en la lata), deja en evidencia la procacidad y deslealtad del kirchnerato.

El rictus de Scioli contemporáneo a esas infelices expresiones de su amo y jefe político, dice más que mil palabras. La patética imagen del ex motonauta refleja la falta de coraje típica de aquellos que quieren mantenerse en el poder -en realidad en sus cargos, aún carentes de poder real- para seguir gozando de las mieles y bondades de un Estado prebendatario que mantiene inútiles esperpentos, y a la vez demuestra una reiterada conducta de desprecio por parte de los KK. Viene al caso recordar cómo en el mes de enero la presidente formal lanzó a la cara de todos los legisladores que echaría mano de las reservas del Banco Central de la República Argentina a través de DNU sin que el H. Congreso Nacional reaccionara. Como tampoco hoy reaccionan adecuadamente los jueces, no obstante los embates furiosos desde el Poder Ejecutivo Nacional. Recuérdese que la presidente habló de jueces delivery y denostó tanto a la juez Sarmiento, al dictar la medida cautelar que suspendió por un rato el latrocinio de las reservas del BCRA para cubrir gastos corrientes y clientelares, ni la desfachatada desobediencia del Jefe de Gabinete a la orden impartida por el juez SUDERA en el marco del conflicto del Sindicato de Aeronavegantes cuando le negó la colaboración y asistencia de la Policía Federal, personal que sí estuvo a disposición para hacer la cafetería llevándole el escrito de apelación un sábado a la juez coaccionada con el encarcelamiento de su anciano padre. Conviene recordar cómo desde la cadena nacional la presidente mencionó las relaciones familiares y sentimentales de los jueces Sarmiento y Marinelli, más acorde con programas del corazón que de una primera magistrado, siempre combatiendo abiertamente al Poder Judicial cuando no satisface sus requerimientos, ponderando en cambio a jueces genuflexos que no trepidan en dictar rápidos sobreseimientos y dilatar investigaciones relacionadas con actos de corrupción y enriquecimientos exorbitantes.

Echarle la responsabilidad de la inseguridad a los señores jueces no sólo es una falacia, sino que implica una caballada reñida con el más elemental respeto a las instituciones y a los funcionarios judiciales, de ahí la inmediata reacción de los magistrados bonaerenses que protestaron contra dicha embestida por parte del presidente en ejercicio, diputado virtual, presidente de UNASUR y presidente del Partido Justicialista que azotara a su títere gobernador. El diputado virtual, en permanente campaña por acumular poder, pretende distraer sobre su responsabilidad durante más de siete años al frente del Ejecutivo Nacional en la inseguridad ciudadana, como si hubiese sido un mero espectador y no el gestor y manipulador del caldo de cultivo donde se generara y agravara este flagelo que cobra cientos de vidas.

Creo llegó la hora de que los jueces se calcen los pantalones largos y comiencen a aplicar la ley, ni más ni menos que eso, y avancen en todas las causas judiciales que involucran a la asociación ilícita comandada por los KIRCHNER, y determinen las responsabilidades de todos y cada uno de sus cómplices, cumpliendo el imperativo legal, ético y moral para el cual fueran investidos. De lo contrario serán cómplices de las nefastas consecuencias que conlleva el burlar la ley sin el castigo correspondiente. No es casualidad que los estudiantes tomen los establecimientos educacionales. Ellos aprenden del ejemplo de sus mayores.

* Presidente de A.R.I.E.L. ong

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