lunes, 13 de septiembre de 2010

KIRCHNER NO GENERA COMPASIÓN


LA SALUD DEL EX PRESIDENTE JUGARÍA FUERTE EN EL TABLERO ELECTORAL

El stress del pluriempleo: la obsesión de Kirchner por acumular poder fuera del gobierno

Por Carlos Tórtora para el Informador Público

La salud de Néstor Kirchner pasó a ser un dato central de la política nacional. La nota que reproducimos de Elmundo.es, focaliza la causa de la nueva angioplastia en el stress que le provoca el pluriempleo. Esto es, ser Secretario General de la UNASUR, Diputado Nacional, Presidente del PJ y candidato a Presidente. Podríamos agregar que también es interventor de la Provincia de Buenos Aires, ya que se ocupa minuciosamente de la relación con los intendentes y de las distintas líneas del PJ y que asimismo es el Ministro de Economía en las sombras. Kirchner no acepta delegar los cuatro resortes claves del poder en la Argentina: el control de la caja, del aparato del PJ, de la Provincia de Buenos Aires y de las relaciones internacionales. Cabe suponer que si el año que viene CFK fuera reelecta o Daniel Scioli llegara a la Casa Rosada, Kirchner intentaría retener estos resortes fundamentales del poder. De acuerdo con lo que establece el Tratado Constitutivo de la UNASUR en su artículo 10, su mandato como Secretario General vence en el 2012, y es renovable por otros dos años. Su diputación concluirá en el 2013 y el mandato como presidente del PJ un año antes. En otras palabras, tiene asegurada una importante concentración de poder por los próximos dos años, aun sin volver a la presidencia. Pero, como ironizaba un ex gobernador de Buenos Aires para describir el instinto de poder del partido gobernante: “El peronismo siempre acude presuroso en apoyo del ganador”. En otras palabras, que si el gobierno es derrotado en las urnas el pluriempleo de Kirchner sería rápidamente golpeado y hasta eliminado. Cualquier no kirchnerista que llegue a la Casa Rosada probablemente entienda que su única posibilidad de subsistir será liquidar el poder del ex presidente antes de que ocurra lo inverso. El pluriempleo de aquél es su supuesto reaseguro contra la caída en desgracia y la persecución judicial. Sin embargo, este esquema tiene una validez muy acotada. Sólo le servirá si consigue imponer al próximo presidente y si éste, además, no decide marginar a su padre político como él mismo intentó hacer con Duhalde en el 2003. Durante siete años, los Kirchner alimentaron el hiperpresidencialismo hasta opacar casi por completo a los otros dos poderes. Así construyeron su propia condena, porque sólo pueden subsistir en la política desde la Casa Rosada. La frase de Winston Churchill se hace realidad: “Los dictadores van y vienen cabalgando sobre tigres que no se animan a desmontar”.



La salud no es un arma electoral

La interesante nota de BBC Mundo que también reproducimos analiza las crisis de salud de los presidentes y presidenciables de Latinoamérica (Fernando Lugo, Dilma Rousseff, etc.). El análisis señala que, a diferencia de los EEUU, en Latinoamérica los problemas de salud de los presidentes no se utilizan electoralmente porque esto es mal visto. Y agrega que los políticos que sufren estas situaciones generalmente optan por blanquear el problema para después minimizarlo.



El estrés y el pluriempleo minan la salud de Néstor Kirchner



Juan Ignacio Irigaray | Buenos Aires | El Mundo

Néstor Kirchner, el esposo de la Presidenta Cristina Fernández y ex mandatario argentino (2003-2007), continuaba este domingo ingresado en la clínica porteña “Los Arcos” tras ser sometido anoche a una cirugía cardiovascular para desbloquear una arteria coronaria.

El subsecretario de Medios de Comunicación, Alfredo Scoccimarro, informó de que se trató de una “angioplastía”, es decir “la colocación de un ‘stent’ en una de las arterias”, y aseguró que “la intervención fue exitosa”. El próximo parte médico se conocerá al mediodía (cinco de la tarde en España).

La presidenta Fernández pasó la noche junto a su marido en una sala de terapia intermedia, en la quinta planta del sanatorio privado, que está ubicado en el barrio porteño de Palermo.

A las puertas del nosocomio hay banderas y pancartas con leyendas de aliento al ex presidente suscritas por la agrupación oficialista ‘La Cámpora’, dirigida por Máximo, el primogénito del matrimonio. “¡No se alegren gorilas (opositores): Hay Kirchner para rato!” rezaba una pancarta.

Esta es la segunda cirugía que sufre Kirchner, de 60 años, en los últimos siete meses. El 7 de febrero fue trasladado de urgencia a la misma clínica e intervenido luego de que los médicos advirtieron que tenía una placa ulcerada que le obstruía la arteria carótida derecha.

En 2004, siendo presidente argentino, debió ser hospitalizado de urgencia en la provincia de Santa Cruz a raíz de una indisposición estomacal. En medio de un fuerte hermetismo, la oficina de prensa de la Casa Rosada dijo que sólo se trató de una gastroduodenitis, pero pasó cinco días ingresado en ese centro médico.

Al año siguiente, la entonces primera dama cometió una infidencia y reveló que en verdad el presidente había sufrido “una úlcera perforada y realmente estuvo muy mal”. Desde entonces Kirchner dejó de fumar y comenzó a hacer dieta alimenticia.

Pero el enloquecido ritmo de vida del ‘hombre fuerte’ de Argentina y el consiguiente estrés debido al exceso de actividad atentan contra su salud, según coinciden los médicos y especialistas consultados por estas horas en las emisoras de radio y televisión de Buenos Aires.

Kirchner concentra cuatro trabajos a la vez: es secretario general de la Unión de Naciones Suramericanas (UNASUR), candidato ‘presidenciable’ en las elecciones generales de 2011, jefe del gobernante partido Justicialista (peronista), y diputado nacional.

Con tanto pluriempleo y las recaídas de su estado de salud, en los mentideros políticos de Buenos Aires empiezan a circular interrogantes sobre si Kirchner está en condiciones de afrontar la campaña electoral de cara a 2011 y una eventual segunda presidencia hasta 2016.

Por eso mismo, ahora aumentan los interrogantes sobre si finalmente el candidato del oficialismo será Kirchner o Cristina Fernández. Ella misma semanas atrás barajó esa posibilidad al preguntar a un grupo de periodistas: “¿Por qué tiene que ser pingüino y no pingüina?”. A los Kirchner les dicen ‘pingüinos’ por su origen de la Patagonia austral.



El impacto político de la salud de los presidentes


Veronica Smink | BBC Mundo, Cono Sur

El anuncio de que el presidente de Paraguay, Fernando Lugo, padece cáncer causó conmoción en la región. Sin embargo, lo cierto es que el mandatario paraguayo está lejos de ser el único líder político latinoamericano que sufre problemas de salud. En varios países latinoamericanos los anuncios de las enfermedades que sufren sus principales dirigentes generan reacciones y efectos políticos.

La semana pasada el vicepresidente de Colombia, Angelino Garzón, fue sometido a cinco puentes coronarios tras sufrir una isquemia en el corazón.

En tanto, en Brasil, el vicepresidente José Alencar se somete a sesiones periódicas de quimioterapia para tratar un cáncer abdominal que padece desde hace diez años.

Alencar recibe tratamiento en el Hospital Sirio Libanés, de Sao Paulo, el mismo que ahora trata a Lugo y al que hasta hace poco acudió también la candidata que es favorita para ganar las próximas elecciones brasileñas, la oficialista Dilma Rousseff, a quien se le diagnosticó un cáncer linfático en 2009.

Todos admitieron públicamente que padecían estas dolencias pero, a pesar de sus problemas de salud, han logrado mantenerse en sus respectivos puestos de poder y evitan llamar la atención sobre sus enfermedades.

¿Cómo afecta la imagen de un líder político estar enfermo? ¿Puede ser visto como una señal de debilidad y un riesgo para el futuro del país? O, por el contrario, ¿genera sentimientos de compasión y aumenta la popularidad de los mandatarios?

BBC Mundo se lo consultó a analistas y expertos en comunicación política quienes opinaron sobre los efectos favorables y adversos que pueden surgir en estas situaciones.



Sensibilidad

Los especialistas coincidieron en que por un lado América Latina se caracteriza por tener un sistema presidencialista que concentra mucho poder en una sola persona, lo cual supone un enorme riesgo si esa persona está enferma.

Sin embargo, otro rasgo de la región es que aquí las enfermedades son consideradas un tema privado, por lo que no es bien visto que un problema de salud sea explotado por motivaciones políticas.

“A diferencia de lo que ocurre en países como Estados Unidos, donde es común atacar a un rival político con asuntos personales, aquí las enfermedades no se explotan por motivos electorales”, afirmó el experto en campañas políticas, Gustavo Santiago.

Eso puede explicar por qué, por ejemplo, en el caso de Lugo, su enfermedad no fue usada por sus rivales políticos para buscar quitarlo del poder.

Por el contrario, el vicepresidente Federico Franco, quien antes había expresado su deseo de reemplazar al mandatario, afirmó tras conocer la información sobre la enfermedad del líder que lo apoyará.

“En términos políticos la enfermedad de Lugo condiciona a Franco y ayuda al mandatario a frenar las aspiraciones de su rival”, observó Santiago.



Detrás de escena

Sin embargo, el analista internacional Andrés Serbin, presidente de la Coordinadora Regional de Investigaciones Económicas y Sociales (Cries), considera que debe hacerse una distinción entre lo que se dice en público y lo que se hace en privado.

“Ante la opinión pública queda mal descalificar a un presidente aprovechando una enfermedad, pero eso no significa que los grupos de poder no busquen aprovecharse de la debilidad presidencial para imponerse”, señaló.

En ese sentido, Serbin advirtió que mientras el líder enfermo dedica tiempo y energía a sobreponerse, su ausencia en el terreno político puede ser aprovechada por sus rivales.

“Al final todo depende de cómo evolucione la enfermedad”, sostiene por su parte Santiago, quien cree que un líder sumamente debilitado eventualmente debe optar por dejar su cargo.



Táctica

“Lo que tienden a hacer los políticos enfermos es hacer pública su condición, pero después minimizar la atención sobre su mal”, afirma Santiago.

Incluso cuando han logrado sobreponerse, llamar la atención sobre sus problemas de salud buscando empatía electoral puede resultar contraproducente, según el experto.

Eso quizás explica por qué en la reñida campaña presidencial que se lleva a cabo en Brasil, ni Dilma Rousseff ni su principal rival, José Serra, han hecho mención a la enfermedad a la que recientemente se sobrepuso la candidata del Partido de los Trabajadores.

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