viernes, 4 de enero de 2008

ESCRIBE EL TOMADOR TOMADO-PUEDE REIR

A MIS HERMANOS DE LA COMUNIDAD JUDÍA QUE AMAN A DIEGO IGUAL QUE YO.

Me sorprenden algunas reacciones desmedidas y con cierto tono autoritario de dirigentes de instituciones de la comunidad judía en la Argentina ante declaraciones de Diego Armando Maradona que se limitó a decir que apoyaba a Irán de todo corazón y porque así lo sentía, y que además deseaba conocer personalmente a Mahmud Ahmadinejad como así lo había hecho en el pasado inmediato con Fidel y con Chávez (al decir de los amigos, debo aclarar que apagada las luces de las cámaras Diego se lamentó por no haber nombrado a Evo).

Creo que apoyar a Irán, como manifestó Diego no quiere decir necesariamente estar en contra de Israel. Creo, y esta es una interpretación personal, que Diego hace esta afirmación a partir de una visión profundadamente antiimperialista y que de ninguna manera es la manifestación contra un pueblo como es el pueblo judío, sino contra visiones que anidan en sectores minoritarios y privilegiados de ese pueblo, como en tantos pueblos de la tierra de carácter antidemocrático, colonialista, expansionista e indefectiblemente proligárquico hacia adentro de sus propias fronteras.

En relación a los repudiables atentados contra la embajada de Israel y la sede de la AMIA, cabe decir que INTERPOL excluyó estrictamente de las órdenes rojas a quienes hace trece años ejercían los cargos de presidente, canciller y embajador en la Argentina de la República Islámica de Irán, Rafsanjani, Velayatí y Soleimanpur respectivamente. Lo que hace casi imposible probar jurídicamente que la República Islámica de Irán sea un estado terrorista; pero aún considerando que los otros cinco imputados iraníes (más el ciudadano libanés) fueran culpables, y esto pudiera ser demostrado fehacientemente en un juicio, donde por ejemplo, no tuviéramos un fiscal que actúa como sionista (que viaja a Tel Aviv y hace declaraciones que lo alejan de la imprescindible imparcialidad y objetividad) y un juez “de la servilleta” de Carlos Corach, concluiríamos que no se puede condenar a la demonización, la guerra y el saqueo a un país lejano pero con destinos comunes, de setenta y tres millones de habitantes. Hace casi una década y media, los actuales gobernantes de Irán, ni siquiera existían en el escenario político de ese país

Argentina tiene conflictos con varios países del mundo, con Uruguay por las pasteras, con Chile por cuestiones limítrofes, con Inglaterra por las islas Malvinas, con E.E.U.U. por el operativo reciente de la C.I.A., con Francia por la empresa ex operadora del agua y las ondas electromagnéticas, con Italia por los ahorristas, con España por las empresas privatizadas, pero en ninguno de esos casos nuestro país rompió relaciones diplomáticas, y ni siquiera comerciales, empujadas por un pequeñísimo sector de la población afectado.
Por eso no nos parece sensato que un sector estrechamente ligado a lo peor de la derecha reaccionaria de Israel y E.E.U.U. pretenda determinar, montados en consideraciones aún no probadas en la justicia, quienes deben ser nuestros amigos o enemigos en materia de política internacional.

“Personaje execrable”, “miserable”, “negro de mierda”, “drogadicto”, “inculto”, “rey de la nada”, son algunas de las calificaciones que desde el cobarde anonimato, anónimos militantes del sionismo destilaron en contra de Diego Maradona (nuestro único mito vivo y máximo referente argentino en el mundo).

Es paradójico que quienes utilizan permanente la propaganda en contra de la discriminación, la xenofobia y el autoritarismo, manifiesten de manera tan bestial adjetivaciones de carácter discriminatorio y profundamente fascista.
Aunque no lo crea Sergio Burstein y el señor Luis Grinwald, jamás desde la Contra Cumbre de las Américas contra Bush en Mar del Plata, he podido cruzar una sola palabra con Diego Armando Maradona. Vuestra subestimación del “DIEZ” le revista a sus declaraciones un carácter gorila, peyorativo, mal intencionado y profundamente ofensivo para la mayoría de los habitantes de nuestro país que ama a Diego Maradona, y siente orgullo de los triunfos deportivos y de las inconmensurables alegrías que le reportó a nuestro castigado pueblo.

Diego es un hombre inteligente que recorrió todo el planeta, que conoció a reyes, príncipes y presidentes de todas las latitudes, que ganó la peor de todas las batallas, que es la batalla contra si mismo y que, como diría el querido Negro Dolina, pudiendo haber “disfrutado de la comodidad del poder siempre se ubicó a favor de lo pobres de la tierra”.

Reflexionen y trabajemos para una argentina unida y en paz.


Luis D´Elía
Presidente de la Federación de Tierra y Vivienda – F.T.V.
Mail ftvcta@hotmail.com

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