sábado, 5 de abril de 2008

EVITAR LA TENTACIÓN

Por Marcelo Elías (*)

Muchas de las afirmaciones de la Presidente, muchos de los gestos y acciones de ella y sus compañeros invitan a discutir sobre el pasado, provocan a caer en la lógica amigo/enemigo, o sea contradicen el supuesto espíritu de “su plaza” del reencuentro y la transformación.

Las referencias al 76 para etiquetar las críticas a su gobierno como golpistas.

Las quejas sobre una caricatura y la acusación de golpistas a los diarios.

Dos actos folklóricos del Pejotismo para dirigirse al país por un tema de interés nacional.

La confusión entre Partido, Gobierno y Nación que pone a los adversarios del partido en conspiradores contra el gobierno y a los críticos del gobierno en el lugar de enemigos del pueblo y de la Argentina.

La referencia a que crecimos durante su gobierno y el de su marido más que en 200 años.

La afirmación de que por primera vez en nuestra historia hay plena vigencia de los derechos humanos.

La mención de las madres al hacer alusión a su condición de mujer invita a preguntar dónde y qué estaban haciendo ella y su marido cuando comenzaron las rondas.

La afirmación “Nunca vi tantos ataques a un gobierno popular” invita a recordar los 14 paros generales contra Alfonsín o la actitud del entonces gobernador Kirchner recién asumido el gobierno de la Alianza.

Hoy la Revolución libertadora estuvo en la Plaza y los sacamos de acá (Pérsico).

Les tengo un odio visceral a los del norte de la ciudad, a los blancos (D`Elía).

Fuimos a la Plaza porque había una especie de golpe de estado (D`Elia).

Los desmanes físicos y dialécticos de Moreno.

La apropiación de la Plaza.

Hay que hacer un esfuerzo por evitar la tentación, por no caer en la trampa.

Vale la pena el esfuerzo para evitar estas discusiones, para no caer en esta lógica.

Vale la pena reclamar la convocatoria no sólo a una mesa agropecuaria como plantean con criterio las entidades del agro, en la búsqueda de definir políticas que no hay.

Una mesa donde el gobierno se predisponga al diálogo, acepte otras miradas, escuche otras voces. Una mesa donde el gobierno pueda asomarse a la nueva realidad del campo, con actores distintos, con una estructura diferente, con rentabilidades diversas, con elementos distorsivos que muchas veces genera el propio gobierno perjudicando contrariamente a lo que dice a los más chicos.

Hay que reclamar y trabajar también para que el gobierno cumpla con sus promesas y convoque a un Pacto Social. Hace falta discutir entre otras cosas cómo salir del intrincado sistema de subsidios que acentúan día a día la distorsión de los precios relativos de la economía, las tarifas, los salarios, etc.; hay que debatir buscando un sistema tributario que realmente sirva para redistribuir riqueza con equidad, impuestos regresivos como el IVA, el llamado al CHEQUE, INGRESOS BRUTOS y otros deben ser cuanto menos revisados. Hay que definir a qué sectores de la economía le asignamos estímulos fiscales, las prioridades de infraestructura para el desarrollo de las regiones, qué hacemos con los ferrocarriles, las rutas y el sistema de transporte, etc.

Hay que reclamar y trabajar para forzar al gobierno a convocar a las fuerzas políticas con el fin de avanzar en reformas que sirvan para mejorar nuestro sistema de partidos, los mecanismos de representación y el funcionamiento de la Republica de acuerdo con la Constitución.

Los hechos de los últimos días no revelan actitudes golpistas de los sectores agropecuarios ni de quienes portaban cacerolas, pero debemos reconocer que hay en estas manifestaciones reclamos por deudas que el sistema político debe saldar.

Hay que reclamar y trabajar para que el gobierno convoque al congreso y los gobernadores para establecer un Acuerdo Federal que convierta el federalismo fiscal en algo más que letra muerta de las leyes.

No puede ser que del IVA el Estado Nacional coparticipe solamente el 89%, que del Impuesto a las Ganancias el 74%, del Impuesto al Cheque el 30% y como ya sabemos de las Retenciones NADA.

Esto que al final de la cuenta da más o menos 73 de cada 100 pesos para el Estado Nacional y 27 para las provincias, tiene su reflejo en la calidad institucional y en la calidad de vida de todos los argentinos y argentinas como gusta decir nuestra Presidente.

La concentración de poder político y económico que sostiene el matrimonio presidencial sí debe ser un hecho histórico sin antecedentes, esto lo reconocen los propios en voz baja y lo señala el resto con su protesta.

Como surge a simple vista hay mucho por hacer, mucho por avanzar, mucho camino para recorrer con la mirada hacia delante, unida en la diversidad, afianzada en las diferencias, sin antinomias divisionistas que nos tironean hacia el pasado.

Los treinta días de tregua son una señal de madurez y convivencia de las entidades agropecuarias, los cuatro años de gobierno que tiene por delante la Presidente deberían servirnos como ésta declama para el reencuentro y la transformación.

(*) Marcelo Elías es Diputado de la Provincia de Buenos Aires, mandato cumplido, por la Unión Cívica Radical.

FTE. CRÓNICA Y ANALÍSIS

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