sábado, 5 de abril de 2008

A LA SEÑORA CUASI

Y ésto viene de uno que no es "del palo" (como dicen), sino todo lo contrario. ¿O acaso nos olvidamos de "La Voluntad", esa serie de libros tan prompocionados dónde los buenos aeran los terroristas de los años 60 y 70 y los malos las Fuerzas Legales que combatieron a la Guerra Revolucionaria impulsada desde el extranjero? Hay que guardar memoria como única forma de no repetir errores y entender aquel axioma que dice que el respaldo popular es imprescincible para ganar la Guerra Moderna, una de cuyas etapas está vigente. Así sucedió y a ello debemos agregar que fue el mismo apoyo popular el que el pidió, rogó, exigió a los militares que se hagan cargo del poder cuando el País estaba prácticamente disuelto. De todos modos, si hay coincidencia en definir al bochornoso oponente que la República soporta con angustia, debemos ejercer acciones comunes que servirán para definir un futuro incierto que alimenta a esa misma angustia. Para ello, hay que hablar con claridad y memoriosos para no cometer viejos errores, aprestarnos a las acciones solidarias y sinceras que permitirán, una vez más, que los Argentinos nos comportamos con las calidades que supimos ejercer y cuyo recuerdo profundiza lo doloroso de este presente signado por la vulneración de la ley, la incapacidad manifiesta y una corrupción activa en dimensiones jamás imaginadas. Si nos ponemos de acuerdo en las forma de enfrentar estos disvalores surgirá esa lucesita que todos queremos vislumbrar en el fondo del tunel. La CUASI presidente a la que se refiere Caparrós también posee esa limitación en todos los aspectos pues de las mano de su marido, comete los errores que todos soportamos o adivinamos en una grave dimensión que crece mientras los tiempos se acortan.

Carlos Manuel Acuña

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